Estreno de Christina Quarles en Hauser & Wirth: la belleza del cuerpo que habitamos

La obra de la joven artista plástica afincada en Los Ángeles llega a España por primera vez con la exposición de sus lienzos pintados con técnica mixta y obras sobre papel en la exposición ‘Come In From An Endless Place’ -traducible quizás como Entra desde un lugar sin fin-, que se puede contemplar y disfrutar desde hoy hasta el domingo 29 de octubre, previa reserva de billete para el ferry lanzadera que parte del Moll de Llevant de Maó, 61.

Hasta el 10 de septiembre se puede visitar la galería todos los días de la semana entre las 11 de la mañana y las 10 de la noche. Este gran espacio cultural se ubica en un antiguo edificio anexo al hospital de la Armada británica del siglo XVIII, reformado según proyecto dirigido por Luis Laplace y ampliamente reconocido por la conservación del patrimonio, su diseño y arquitectura, así como por el interés artístico y la experiencia completa que supone para los sentidos la visita a este espacio ubicado en un islote en el interior del puerto mahonés.

Además de exposiciones y espacios educativos interiores, los jardines de Hauser & Wirth Menorca invitan al deleite de numerosas esculturas exteriores y las vistas circundantes.

La propia Christina Quarles, cercana y muy comunicativa, comentaba sus obras en el pase previo a la inauguración, empezando por las más grandes ubicadas en las primera salas de su exposición y visitando también, acompañada de periodistas e invitados, los trabajos de menor formato, pintados con trazo fino de tinta sobre papel, acompañados en su mayoría de alguna frase o pequeño texto, que inspiran luego las actividades del laboratorio educativo.

Ir más allá

En las pinturas de técnica mixta con aplicaciones de fragmentos trabajados digitalmente con Illustrator, Quarles muestra su sensibilidad y preocupación por los cuerpos y espacios que habitamos. Vemos cuerpos fragmentados y polimorfos o quizás múltiples cuerpos que se confunden en uno, rodeados de elementos arquitectónicos o naturales, que nos rodean, por «encontrarnos en lugares y espacios que a veces nos ayudan, pero otras en cambio van en nuestra contra» explicaba la artista.

La fascinación de la autora por la experiencia de los cuerpos, la inquietud por «qué es estar en un cuerpo, moverte con un cuerpo, un cuerpo que ofrece una lectura pero que a la vez se contradice» la justifica ella misma por su propia identidad ambigua en cuanto a su racialización, porque aún teniendo padre negro y madre blanca, de niña y adolescente tenía que explicar a menudo su árbol genealógico. Ahí se inició su interés por la lectura que nuestro cuerpo ofrece a primera vista y que puede ser contradictoria con lo que hay más allá. Esta comprensión del cuerpo ajeno y del propio incluye también a la identidad de género y a la orientación sexual, según Quarles, que se define como mujer queer.

Los magentas, azules, verdes y amarillos vibrantes luchan para generar una resistencia ante el instinto del espectador por clasificar las figuras de las pinturas de Quarles como hombre o mujer, blanco o negro, abstracto o representativo, y casi siempre gana la explosión de color y creatividad llevándonos un paso más allá.

Como dibujante desde los doce años, tiene una formación y una práctica mucho más clásica con el trazo fino que muestra en obras de mediano tamaño, que con las grandes pinturas donde experimenta desde el primer brochazo, aproximándose a una composición aún por definir.

En los dibujos añade frases como «Ha sido duro vivir pero tengo miedo a morir» o «Pero estate alerta, te seguirá» que desvelan el alma de esta artista, reconocida en la última Biennal de Venecia y con otros importantes premios y becas, que se confiesa oyente de raperos como Frank Ocean o Kenric Lamar pero también de música de ópera.