Vinent, en primer plano, junto a Camps, Plovins y Amieva

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La maquinaria teatral propia del Orfeó Maonès está de nuevo en marcha. El próximo domingo (20 horas), en el escenario de la entidad cultural, verá la luz su última producción artística. Se trata de una adaptación de «La comedia infernal», del autor austriaco Michael Sturminger, una pieza famosa por haberse embarcado en una gira internacional con un actor de renombre como John Malkovich. El texto, pasado ahora por el filtro de la compañía menorquina, toma una nueva vida bajo el título de «Confessions d’un assassí en sèrie» con el director Manel Navarro al frente. A pocos días del estreno, este se confiesa nervioso. «Ahora es cuando le ves ya los colmillos al lobo», asegura.

La inquietud ante los nuevos proyectos es algo de lo que uno no se libra por muchos años que lleve en la profesión, más en este caso al tratarse de «una obra muy especial para mí», apunta el director, que también se ha encargado de la adaptación. ¿Por qué especial? Pues básicamente por dos cuestiones. La primera la inclusión de la música como un elemento clave del espectáculo, con partituras barrocas, dos sopranos y un pianista. Por otro lado, la temática: «Un monólogo puro y duro» de un asesino que explica su vida. «Son dos lenguajes que yo nunca había juntado sobre un escenario, y estoy impaciente por ver cuál es la reacción del público», confiesa.

Y es que la materia prima con la que trabaja, basada en hechos reales, implica algunos retos. Condenado a cadena perpetua en 1974, Jack Unterweger comenzó a escribir. Sus obras, y especialmente su autobiografía, le convirtieron en un mito de la sociedad que inspiró intelectuales, artistas, y políticos promover una petición que culminó en su prematura liberación en 1990. Después de ser puesto en libertad pasó a ser un célebre miembro de la alta sociedad vienesa, mujeriego, personaje ascendente de la literatura y periodista. No obstante, continuó asesinando en Graz, Praga, Braganza, Los Ángeles y Viena. La noche posterior a su última condena, en 1994, se suicidó en la celda de la prisión.

Los orígenes de esta nueva versión comenzaron a tomar forma hace dos años. Un proceso de lecturas, relecturas y retoques, que empezó a coger otra dimensión con la incorporación del equipo artístico. El peso de la obra recae en el actor menorquín Lluís Vinent, acompañado en la parte musical por las sopranos Maria Camps y Marina Plovins. El cuarteto lo cierra Oscar Amieva al piano. Se ha apostado por que el título de la obra sea ahora el subtítulo. En realidad sí que hay algún toque de comedia el texto, «pero muy negra», advierte Navarro, «la historia que se explica es muy seria y bastante dura». Y es por ello que se han decantado por el título que alude a las confesiones del protagonista.

La música, actúa, continúa Navarro, como una especie de bálsamo que llega a través de las partituras de arias de Bach, Mozart Vivaldi o Handel, entre otros compositores, «para dar un descanso al público». Así, la compañía del Orfeó sigue ampliando el abanico de espectáculos teatrales de su trayectoria, siempre abierta a nueva aventuras. De hecho, ya están con los preparativos de su próximo proyecto, un texto del dramaturgo menorquín Sergi Marí ambientado en Maó durante la Guerra Civil.

Tras el estreno en casa, la compañía teatral tiene por el momento otras dos fechas confirmadas para «Confessions d’un assassí en sèrie»: el 4 de noviembre en la Sala Albert Camus de Sant Lluís y el 25 de ese mismo mes en el Auditori de Ferreries.