Real, en el Bar Infanta de Maó, inmortalizado en otro de sus proyectos, durante la presentación | Gemma Andreu

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Explica el fotógrafo Lluís Real (Menorca, 1948) que, viviendo en una isla, la mayoría de las veces no queda más remedio que coger un avión. En su caso, acostumbra a salir volando, pero siempre que puede regresa a casa a bordo de un barco. Fruto de esos últimos trayectos ha nacido un nuevo proyecto, el libro de autor que lleva por título «Cartes a la mar» y que este miércoles fue presentado en el marco del Menorca Doc Fest.

El menorquín, que en los artístico se define como un voyeur, siempre está pensando en la foto que puede hacer se encuentre donde se encuentre. Es por ello que acostumbra a llevar una cámara cerca, y gracias a ello ahora ha culminado el proyecto de recopilar cerca de cinco años de imágenes de sus trayectos marítimos, ya fueran captadas en viajes comerciales o embarcaciones de recreo. «He ido juntando fotos que evocan lo que es el mar y la relación que tenemos con él», relata el autor, quien recuerda que «Menorca es como un barco grande, siempre en contacto con el agua».

A través de su característica mirada poética, el fotógrafo rebusca entre las luces y las sombras, las formas y los reflejos, para dar forma a una colección (tanto en blanco y negro como en color) que rezuma misterio a través del centenar de imágenes que recoge. «Evocan pensamientos, aventuras, ilusiones, sueños, muchas cosas...», explica el autor sobre un libro «que no documenta un viaje, sino que es un compendio de muchos». Un trabajo en el que, por otra parte, el mar no es el único protagonista, «algún viajero también sale».

Pasión por los libros

Además de pasión por la fotografía, ya desde bien joven Real  mostró un gran interés por el mundo editorial. En los últimos tiempos, el autor es más noticia por la publicación de libros que por las exposiciones. «Las muestras también me gustan, pero son efímeras; lo bueno que tienen los libros es que perduran, quedan a disposición de otras personas que de  repente lo pueden visualizar», resume.

Real, de quien últimamente hemos disfrutado con libros como «Passió», centrado en la Semana Santa de Maó, o el tomo conmemorativo dedicado al Bar Infanta (donde este miércoles tuvo lugar la presentación), cuida con mucho esmero sus publicaciones. De «Cartes a la mar» solo ha editado 25 copias, pero todas ellas creadas de una forma «semiartesanal» y encuadernación manual. Estamos hablando de un volumen sin tapa dura y que se custodia en una caja de madera que simboliza algo relacionado con el acto de «guardar los secretos que evocan los viajes por el mar».

En definitiva, una auténtica obra de artesanía en la que todavía ayer tarde, unas horas antes de la presentación, pulía detalles de algunos de los ejemplares. Una caja de sorpresas con imágenes de diferentes formatos y papeles de acetato. «A través de ellos se producen transparencias», algo que conecta con «la transparencia del mar, con lo que ves y lo que imaginas». Avanza Real que, además de en barco,  también le gusta el tren, pasión que planea plasmar en otro libro.