El Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, Martín Almagro, en su despacho.

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El origen del nombre de Maó se remonta a muchos siglos atrás, cuando en 206 a. C. los cartagineses levantaron un campamento en el puerto de Maó, el mejor punto posible para vigilar y observar con atención la llegada de los posibles enemigos del ejército púnico. Magón, considerado como el mayor estratega del Imperio Cartaginés, tan solo superado por su hermano Aníbal, es una figura esencial para comprender la fundación y la historia de la ciudad y su puerto.

Es por ello que desde Iniciativa por Mahón hace meses que proponen que se erija un monumento del general en la plaça Conquesta de la ciudad en un gesto para «evidenciar el nombre y la personalidad de quien fundó la ciudad, más allá de los afanes militares propios de los conquistadores de la época».

Con el objetivo de apoyar su iniciativa, el grupo organiza este sábado a las 19.30 horas en el Hotel Port Mahón una conferencia a cargo del catedrático de Historia y miembro de la Real Academia de la Historia, Martín Almagro Gorbea. Según Almagro, se trata de una voluntad para «recuperar una historia noble y entroncar el nombre actual con los orígenes de la ciudad», para «recuperar y enriquecer nuestra historia y nuestro patrimonio».

Quien también fuera en su día director del Museo Arqueológico de Ibiza, entre otros, resalta que en Europa hay «muy pocas ciudades» cuyo nombre esté inspirado en una personalidad relevante de hace «miles de años». En cierto modo y salvando las distancias, Maó se podría estar equiparando a Roma. La capital de Italia es un caso prácticamente único y de los pocos que no pasa desapercibido en cuanto a los orígenes milenarios de su nombre, los cuales radican en el mito de los hermanos Rómulo y Remo.

Menorca Talayótica

A pesar de que Almagro nació en Barcelona en 1946 y actualmente reside en Madrid, donde ejerció como catedrático de la Universidad Complutense, lo cierto es que conoce bien la Isla, puesto que su padre, Martín Almagro Basch, fue en su día director del Museo de Menorca.

Así pues, recibió con gran alegría la noticia del reconocimiento obtenido por la Menorca Talayótica, candidatura que entró a formar parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco hace apenas dos meses. Aún así, «ya eran monumentos de sobra conocidos en el mundo de los arqueólogos», señala.

El apunte

Un punto estratégico en el corazón del Mediterráneo

La ciudad histórica de Nora en Cerdeña fue fundada por un nieto del rey Gerió de Tartessos, según las tradiciones míticas. «Esto indica que la relación que une los nurags, unas construcciones megalíticas propias de la isla italiana, con los talaiots de Menorca, es una ruta de la Edad de Bronce que estaba mitificada en la Antigüedad», explica. Y tiene sentido, puesto que en su día los fenicios bautizaron Menorca como Nura, que se traduce como «tierra de fuego» y tiene el mismo nombre que las edificaciones de Nuera, correspondientes a la Edad de Bronce.

«Los cartagineses, que tenían una gran experiencia viajando por el Mediterráneo occidental, acometieron la fundación de Maó siguiendo probablemente de forma instintiva la tradición de Alexandre lo Grande de fundar ciudades en puntos estratégicos», concluye Martín Almagro.