Imagen de la artista norteamericana. | JUERGEN TELLER.

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Comienza la cuenta atrás para la apertura de la cuarta temporada artística en la galería Hauser & Wirth, que se inaugurará dentro de tres meses, el próximo 11 de mayo. Una propuesta que, al igual que ya ocurrió en 2023, será doble, con el protagonismo repartido, como ya se anunció hace unas semanas, entre Eduardo Chillida, con motivo del centenario de su nacimiento, y la también escultora Roni Horn.

El primero es de sobra conocido por ser uno de los artistas españoles más influyentes del siglo XX, mientras que la segunda es una de las creadoras más reconocidas del arte contemporáneo. Nacida en Nueva York, Horn recalará en la Illa del Rei tras el éxito cosechado el pasado año con una retrospectiva en el Centro Botín de Santander.

Avanzan desde Hauser & Wirth que la norteamericana, galardonada con el Premio Joan Miró en 2013, es conocida en el mundo del arte por «articular su obra en torno al conceptualismo desde medios muy diversos». Para su exposición en Menorca ha preparado una selección de esculturas e instalaciones que interactúan «con los espacios históricos de la galería y el entorno natural», avanzan.

Explican los responsables de Hauser & Wirth que, pese a la diversidad de medios de la que hace gala, la obras de Horn aluden siempre a temáticas de largo recorrido que guían «su permanente estudio poético sobre la naturaleza mutable de la identidad, el significado y la percepción». Algo que en este caso se traduce en «una ambiciosa instalación de contundentes esculturas de vidrio fundido» que invita al público a presenciar «la interacción entre la luz y el tiempo». La exposición, que ocupa la galería sur, recoge también piezas inspiradas en los versos de Emily Dickinson y obras en oro y cobre de series clave en las que la artista lleva trabajando desde la década de 1990.

«Black Asphere», cobre macizo, granallado y patinado.

En el centro de la exposición se encuentra ‘Untitled («A witch is more lovely than thought in the mountain rain.»)’, una colección de nueve esculturas circulares realizadas en vidrio fundido macizo. Sobre su método de trabajo, explican que la artista comenzó a estudiar y producir esculturas a mediados de los años noventa siguiendo un proceso que consiste en verter vidrio fundido coloreado en un molde y dejar que se endurezca gradualmente a lo largo de varios meses. Un proceso que obtiene como resultado piezas muy ricas en texturas.

Sobre las esculturas de vidrio colado, la propia Horn reconoce que «lo que me fascina tiene mucho que ver con esa esencia de las cosas que tienen una apariencia pero que en realidad son algo completamente distinto». Ello produce un efecto en el que las esculturas parecen estar en constante cambio, en conversación con la naturaleza y con la presencia del público en el espacio arquitectónico. Destacan desde la galería que las piezas de vidrio de Horn plasman la esencia de su práctica: «Indagar en la relación entre mutabilidad y lugar».

«Unitled». | Foto: Ron Amstutz

Referencias literarias

Un universo creativo en el que se adivinan también otras influencias. La literatura juega un papel fundamental en la práctica de Horn, plagada de referencias tanto en los títulos como en las propias obras. Mientras que la instalación de piezas de vidrio se titula «A witch is more lovely than thought in the mountain rain» por un poema de Joan Murray, tres esculturas de la serie «Key and Cue» recogen los primeros versos de poemas de Emily Dickinson, a quien Horn ha dedicado varias creaciones.

Precisamente en esa serie utiliza los versos como enunciados independientes para crear un patrón que recuerda a un código de barras y que se extiende por las cuatro caras de la obra, haciendo imposible verlos o leerlos todos a la vez. En estas obras, Horn convierte el texto en imágenes para «invitarnos a pensar el lenguaje como escultura, desprovisto, por tanto, de su significado», apuntan desde la galería.

«Key and Cue: Grief is a Mouse». | Foto: Ron Amstutz

En ese sentido, la propia Horn señala que «no considero que el objeto, lo material o lo producido sea la culminación de una obra. El objetivo último es siempre la experiencia, lo que significa que el público, el individuo, forma parte integrante del valor de la obra».

Menorca, hasta el 27 de octubre, es uno de los pocos lugares que acogerá este año exposiciones de la norteamericana, que también estará en Hauser & Wirth de Nueva York, en el Museo Ludwig de Colonia y el Louisiana Museum of Modern Arte en Humlebaek (Dinamarca).