Las bajas temperaturas y la lluvia no frenó las ganas de fiesta | Kika Triay

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Tal y como manda la tradición, los menorquines celebraron el pasado miércoles la entrada del nuevo año por todo lo alto, y lo hicieron con mucha alegría y alrededor de toda la Isla.

El principal punto de referencia fue una vez más la Plaça de la Constitució, donde los mahoneses se reunieron para cumplir con la costumbre de tomar las doce uvas, algo que tuvieron que hacer un año más al ritmo del sonido de las campanadas de la cercana Iglesia de Santa Maria. Y es que aunque inicialmente estaba previsto que la entrada de 2015 serviría para estrenar la nueva campana del Consistorio, no fue posible al no llegar a tiempo una estructura de sujeción que se instalará en las próximas semanas.

Avanzaba la AEMET pocas horas antes de recibir el nuevo año en su último tweet de 2014 que «en general» esperaba en el archipiélago «un buen tiempo para la fiesta», aunque no descartaba algún chubasco ocasional en Menorca. Y así fue, aunque la lluvia que cayó en Maó poco antes de que sonaran las campanadas no logró empañar la celebración. No obstante, la temperatura durante la noche fue bastante fresca, rondando los 9 grados. Cuentan algunos de los habituales que ello quizá pudo influir en que la congregación de público en la céntrica plaza fuera algo inferior a la de otros años. Tras la celebración en la calle, el jolgorio se trasladó en Maó al pabellón Pare Petrus, donde primero al son de la Orquesta Huracán y después al ritmo del DJ Kike Sastre, la fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada.

En Ciutadella la lluvia también hizo acto de presencia, pero tampoco pudo con las ganas de fiesta de la gente, especialmente de los más jóvenes, que tras las doce campanadas se reunieron en numerosos grupos en la Plaça de la Catedral y en la Plaça Nova. Sin embargo, en Ponent ya se había vivido un ambiente muy animado en muchos de los bares del centro durante toda la tarde, donde las padillas se reunieron para el tradicional brindis. Como es habitual, a medida que el 2015 iba entrando, la fiesta se fue trasladando progresivamente a la zona de pubs y discotecas en el puerto.

El resto de municipios tampoco faltaron a la cita de la medianoche. En es Mercadal, como es costumbre desde hace año, muchos siguieron las campanadas a través de una cadena de televisión en la pantalla de la Sala Multifuncional; mientras que sus vecinos de Fornells lo hicieron tomando como referencia el reloj de la Casa del Contramaestre. En es Migjorn recibieron el año en el Pla de la Església, en Es Castell brindaron con cava frente al Ayuntamiento y en Sant Lluís celebraron la primera fiesta de fin de año en la historia de la sala Albert Camus. En Alaior y Ferreries disfrutaron de las verbenas hasta bien entrada la madrugada.