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Es Juanjo Orfila Gomila un tipo divertido, espontáneo, con chispa y tablas para conectar con el personal. No es de extrañar, por tanto, que el jefe de la rotativa de «Es Diari» triunfara anoche en el pregón de las fiestas de Llucmaçanes en un auditorio, el del Pla de la Iglesia, repleto de vecinos, los mismos que le vieron instalarse en este singular paraje hace 18 años, algunos después de contraer matrimonio con Rosi, «una llucmaçanera pija pero que al final no lo fue tanto».

Líder vocalista de Pasaje Secreto, un grupo que pegó fuerte a finales de los 80 en la Isla, Juanjo compuso el himno de Llucmaçanes hace dos décadas. Ayer, empecinado en no convertir su pregón en un show, Juanjo, seguro y brillante ante el micrófono, evocó recuerdos, y flirteó con la lágrima mientras aludía a su relación con el pequeño núcleo rural de Maó. Revisó anécdotas del abuelo de su mujer que siempre consideraba suficientes los fuegos artificiales «perque per ser a Llucmaçanes hi ha ben prou», y recordó aquél carnaval en el que su grupo de amigos solicitaba la independencia del núcleo rural coincidiendo con la inquietud de Sant Climent para conseguir la declaración de entidad menor,  «y lo bueno es que hubo más de un mahonés que se lo creyó y nos llamó independentistas», dijo.

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Finalizada la parte oral, Juanjo, acompañado por dos virtuosos como Tomé Olives, al teclado, y Anabel Villalonga, a la guitarra, atacó el contenido musical del pregón de Sant Gaietà, en presencia de la alcaldesa, Conxa Juanola. Primero fue una simpática poesía, recitada con entonación y pulcritud, luego cantó «Na nena» y una versión original del himno del pueblo para concluir con un glosa con la que felicitó a todos sus vecinos.

Finalizado el pregón, el presidente de la Associació de Veïns  dio a conocer al llucmaçaner del año que en esta ocasión recayó en el matrimonio formado por Teresa Pons y Francesc Carreras  por la fortaleza mostrada ante la adversidad en la vida.