Imagen de los miembros de la qualcada, dirigiéndose a la Missa de Caixers | Javier Coll

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Tras dos intensas jornadas de fiesta, la urbanización turística de Alaior dijo este domingo adiós a sus fiestas, que según los lugareños han sido más concurridas que en los últimos años.

El día estuvo marcado por la celebración de un intenso jaleo, que se prolongó desde el mediodía hasta cerca de las cuatro de la tarde.
Los caballos dieron paso a la fiesta de la espuma, espectáculos de baile y conciertos. El broche final corrió a cargo de los fuegos artificiales.