COMPLEJO. La promotora quería que se subastara por lotes.

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Cala Llonga Properties Development, la sociedad promotora de la aldea turística de la ribera norte del puerto de Maó, ha presentado un incidente de nulidad relativo a la subasta celebrada el pasado 10 de diciembre, según ha confirmado Bernabé Utrera. El abogado de la empresa explicó que no tiene constancia de ninguna diligencia respecto de este incidente que se sustancia ante el Juzgado de Primera Instancia número dos de Maó.

En este mismo juzgado se celebró el pasado 10 de diciembre la subasta de la totalidad complejo, a la que se opuso la representación de la promotora que entendía que debía haberse subastado fragmentado en lotes, sin que sus alegaciones prosperaran. Tampoco lo hizo la subasta, al no haber concurrido ningún postor. En este sentido, Utrera aseguró que desconocía si el BBVA, entidad que inició el procedimiento de embargo, había cedido la propiedad de los bienes a un tercero.

En cualquier caso, el abogado detalló que la incidencia de nulidad y el procedimiento de embargo "son cosas paralelas", con lo que ambos procesos continuarán por sus respectivos trámites. "Nosotros pretendemos que las actuaciones se retrotraigan al estado previo a la subasta y que ésta tenga lugar parcela a parcela, pero esto no supondrá que se paralice ninguna actuación. Si en un futuro, el Juzgado nos da la razón veremos cómo se compensa la cosa", clarificó Utrera.

Proceso
Así las cosas, el futuro de la aldea turística sigue siendo incierto, con lo que el vaticinio de los vecinos de Cala Llonga, relativo a la pervivencia del esqueleto del complejo, lleva visos de convertirse en realidad, poco más de dos años después de que se paralizase la construcción de las viviendas. La paralización fue consecuencia de un exceso en la altura de la edificación, que no pudo ser reconducido en el modificado presentado por la promotora, lo que motivó la denegación de la nueva licencia.

Cala Llonga Properties Development interpuso en mayo un recurso contencioso contra la paralización del proyecto y acusó al Ayuntamiento de Maó de provocar la quiebra de la sociedad. El recurso sigue pendiente de resolución, como también lo estaban las deudas contraídas por la promotora, que motivaron la iniciación del embargo por parte del BBVA y la celebración de la subasta fallida del mes pasado.