Interior de la Farmacia Llabrés. - Gemma

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El abandono se apodera de la Farmacia Llabrés, uno de los pocos testimonios que quedan del modernismo en Menorca, a pesar de ser un bien catalogado y protegido. El conjunto de mobiliario, vidrieras y tapices de lo que fue Ca s'Apotecària aguanta el paso del tiempo en un edificio apuntalado que presenta un estado ruinoso.

La casa que acoge el legado de Art Nouveau fue el hogar donde vivió y pasó su infancia Juan Ignacio Balada Llabrés (Ciutadella, 1940-2009), la persona que se ha hecho famosa tras fallecer por su última voluntad de dejar su fortuna a los Príncipes de Asturias. Un amigo de infancia explica que el fallecido cerró la farmacia hace unos 30 años y nunca más la volvió a pisar. La dejó tal cual estaba. Con enseres y objetos personales, con el piano, algunos retratos de la familia, incluso con ropa colgada en el perchero. Este allegado se refiere a que cuando Juan Ignacio Llabrés cerró la puerta de la farmacia por última vez, posiblemente lo que hizo fue cerrar los recuerdos de juventud y la experiencia amarga de la pérdida de sus padres, que fallecieron en el inmueble. Fue el olvido voluntario de un pasado perdido y de un edificio lleno de memoria, sobre todo la de su madre, Catalina Llabrés Piris, que regentó el establecimiento como la primera mujer de Balears en obtener la licenciatura de Farmacia.

El amigo de infancia, que retomó el contacto con Juan Ignacio Balada en los últimos años, explica que el fallecido "quería que la farmacia se quedara aquí, y por aquí se entiende en Menorca". Comenta que desde su cierre, el empresario recibió diversas ofertas de compra del inmueble que siempre rechazó. Las dos últimas que recuerda son la de un suizo y la de una empresa de Barcelona. Fue entre finales de 2006 y principios de 2007 cuando surgió una posible alternativa para su conservación. El empresario, a través de su amigo, inició contactos con la Associació d'Amics de l'Illa del Rei que quería recuperar la antigua farmacia del recinto militar. Ofrecieron la posibilidad de disponer de un espacio para reubicar el equipamiento modernista de la Farmacia Llabrés con garantías de conservación. "Por aquel entonces el Ayuntamiento nos ofreció diversos espacios municipales para ubicar la farmacia, pero no eran adecuados. En cambio, la oferta en la Illa del Rei era inmejorable y contaba con el apoyo del Colegio de Farmacéuticos", afirma. Juan Ignacio Balada vio con buenos ojos la propuesta e incluso llegó a firmar un documento en que accedía a ceder el conjunto modernista. "Vio que era una oportunidad para que la farmacia se quedara en Menorca, pudiera ser visitada y pudiera convertirse en una especie de homenaje a su madre como farmacéutica", indica.

Argumenta que tras trascender a la opinión pública la posibilidad del traslado, surgieron las voces en contra. Entonces el Ayuntamiento y el Consell iniciaron el proceso para declarar la farmacia como Bien Catalogado para que permaneciera en Ciutadella. Según el amigo, Balada siempre fue contrario a esta declaración y presentó una alegación para parar el proceso, que fue rechazada. "Como Bien Catalogado veía que le retenían el patrimonio de la farmacia, por eso se opuso", señala. "Tenía la negativa experiencia de la farola exterior, una joya, que hace una década entregó al Ayuntamiento y que el Consistorio olvidó desde entonces en el taller de un herrero para que la reparara. Nadie sabía dónde estaba, hasta que la recuperaron cuando insistimos, con los cristales rotos".

Después de que se haya hecho público el testamento de Balada, la incertidumbre se cierne sobre el futuro del patrimonio modernista de la Farmacia Llabrés. Si bien el conjunto está protegido y cualquier actuación debe ser autorizada por el Consell, la incógnita está en si el edificio aguantará en pie por mucho tiempo. Todo apunta que el inmueble (los números 17 y 19 de Ses Voltes) forma parte de la herencia que los Príncipes de Asturias han aceptado. No obstante, el proceso de transmisión a una fundación que aún debe crearse podría prolongarse en el tiempo, incluso por años, si la farmacia aguanta.

Los Príncipes destinarán la herencia a fines sociales

Los Príncipes de Asturias anunciaron el sábado que destinarán a fines sociales la parte de la herencia que les legó el inversor y empresario menorquín Juan Ignacio Balada, según informó un portavoz de la Casa del Rey en Abu Dhabi, adonde se han desplazado don Felipe y doña Letizia en visita oficial. De acuerdo con la fuente, el heredero de la Corona y su esposa "aún sin conocer todos los detalles de la herencia del señor Balada, cuya generosidad agradecen, han decidido destinar la parte que les pueda corresponder a fines de interés general y social". Recientemente se dio a conocer que Juan Ignacio Balada Llabrés, fallecido el pasado 18 de noviembre en Ciutadella, había designado como herederos de su fortuna a los Príncipes de Asturias y a los ocho nietos de los Reyes, según el albacea del testamento del hombre de negocios.