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Los Príncipes de Asturias no saben aún si van a aceptar la herencia que les ha dejado el multimillonario menorquín Juan Ignacio Balada Llabrés. Así lo aseguró ayer un representante de la Casa Real, desmintiendo así las informaciones publicadas estos últimos días en otros medios de comunicación. Según este representante, la decisión de los Príncipes de Asturias depende del análisis que los servicios jurídicos de la Corona están realizando del texto de Balada, un proceso que se prevé complejo por lo inusual de la decisión del empresario ciutadellenc y por la magnitud de la herencia.

Desde la Casa Real aseguran que las informaciones publicadas estos últimos días malinterpretaron las palabras emitidas por un portavoz de la Corona, y que en ningún caso se dio por aceptada la herencia, sino que en todo momento se habló en condicional. Así, lo que debió entenderse de esas palabras es que en caso de finalmente aceptar la herencia, la parte que corresponde a los Príncipes de Asturias (a don Felipe de Borbón y a doña Letizia) será destinada a fines sociales. Siempre en caso de que la acepten, algo que no está ni mucho menos decidido, concluyen desde la Casa Real.

"No se puede aceptar o rechazar una herencia hasta saber lo que incluye este legado", aseguran desde la Corona. Conocer el contenido de la herencia es básico entonces para saber si deben o no aceptarla y, también, para conocer si pueden o no hacerlo. Cabe recordar al respecto que Juan Ignacio Balada Llabrés legó la mitad de sus bienes y posesiones a los Príncipes de Asturias pero también a sus dos hijas y a sus ocho sobrinos. El hecho de que estas últimas ocho personas sean menores complica la situación legal de la herencia, un proceso que desde la Casa Real aseguran es complejo por la existencia también de familiares de Balada (sus dos primas) que, si bien no tienen obligación legal de recibir parte de la herencia al no ser familiares directos (hermanos o hijos del testamentario) , sí son parte interesada en todo este proceso.

Cabe recordar que, tal y como ya informó este periódico, si los Príncipes de Asturias renuncian a la herencia, ésta irá a parar al Estado de Israel.

Compartirían bienes con dos hermanas

Los Príncipes de Asturias, en caso de aceptar la herencia, no serán los titulares de todos los inmuebles que lega Juan Ignacio Balada, o al menos no poseerán la totalidad de estos inmuebles. En el caso de tres propiedades los herederos de Balada serán los titulares del 75 por ciento, mientras que el 25 por cien restante seguirá en manos de las dos primas de Balada, Maria del Pilar y Maria del Carmen Arregui Llabrés.

En estos tres casos, la propiedad es compartida precisamente porque proceden de otra herencia. Así, en el caso de Binitalaiot (la finca que hasta ahora han utilizado los Salesianos de Ciutadella para realizar campamentos y colonias), al morir su madre Juan Ignacio Balada hereda la mitad de la finca, mientras que la otra mitad sigue en propiedad de un tío suyo. Cuando este fallece, lega su propiedad a partes iguales a Balada y a sus dos primas, Maria del Pilar y Maria del Carmen Arregui. El resultado, comprobable en el Registro de la Propiedad, es que tres cuartas partes indivisas de Binitalaiot pertenecen a Juan Ignacio Balada, y la cuarta parte restante indivisa a sus primas.

El proceso es el mismo para una cochera ubicada en la calle Gustavo Mas número 37, y también para una finca inscrita en el Registro de la Propiedad como "Huerto Llabrés", con una extensión aproximada de 27.000 metros cuadrados y ubicada en el camino de Sa Caleta. En este último caso, no obstante, un 38,93 por ciento de la finca fue vendida a una promotora, y actualmente es propiedad de Felipromo SA, con lo que Balada era propietario del 45,8 por ciento del terreno y sus primas del 15,3 por cien.

Propiedad única

El resto de las fincas que Juan Ignacio Balada tiene inscritas a su nombre en el Registro de la Propiedad de Ciutadella sí son de su completa propiedad. Es el caso de una finca de 397 metros cuadrados en la que se levanta la que era su casa; una finca de 1.687 metros cuadrados que heredó íntegramente de su padre; un edificio de planta baja más dos pisos con un total de 239 metros cuadrados en la plaza Federico Pareja y tres casas contiguas en Ses Voltes, que incluyen la famosa Farmacia Llabrés. En este caso los herederos serían los titulares íntegros de estos bienes. En las otras tres posesiones, quien aceptara el legado debería ponerse de acuerdo con las hermanas Arregui para decidir el futuro de los bienes inmuebles.