ClUB Marítimo. A finales de año debe celebrarse un nuevo proceso electoral a la presidencia que ostenta Luis Barca y que suma ya 16 años de mandato

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Ángeles M. Obispo Maó
Era un secreto a voces que en el seno del Club Marítimo de Mahón (CMM) un grupo de socios discrepaba con las formas y maneras con que la dirección de la entidad ha gestionado el largo y polémico proceso para la adjudicación de los amarres del Moll de Llevant. Trapsa Yates se llevó finalmente el gato al agua, y ahora, ese grupo, procedente en su mayoría del deporte de la vela promueve una nueva alternativa a la actual dirección comandada por Luis Barca, un presidente que a finales de este año culminará 16 años al frente del Marítimo, a no ser que dimita antes del inicio del nuevo proceso electoral previsto para este otoño, circunstancia no descartable.

De hecho, en las últimas reuniones mantenidas por los asociados, Barca anunció que renunciaría al cargo en marzo, pero antes se tomaría un tiempo para "poner en orden los números". Sin embargo, socios veteranos como Joan Mario Gomila Pons desconfía de que el cese se produzca esta primavera, recuerda que muchos aguardaban la dimisión tras perder el Club la concesión de los amarres. "Esperábamos que el presidente tendría la inteligencia y la honestidad, de presentar una inmediata dimisión dejando paso a alguien menos quemado, con capacidad de negociación y diálogo, para, por lo menos, intentar salvar los muebles del naufragio", señala este socio en una carta pública.

Gomila Pons, comentó ayer a "Es Diari" que por prudencia ha "esperado y callado", pero a la vista de que nada cambiaba se ha visto en el deber de expresar su opinión, la misma que comparten otros y que no hacen pública, sobre la "demencial" campaña de la dirección y que, según este veterano socio, ha llevado el nombre del club "de toda nuestra vida arrastrado por los suelos, con momentos puntuales que han resultado verdaderamente grotescos".

Años de litigios
Gomila Pons recalca en su carta -publicada integramente en la sección de Cartas del Lector- que lo único que Luis Barca propone son "años y años" de pleitos con Autoridad Portuaria, un camino a través del cual el Marítimo podría "fundir" gran parte de su patrimonio e ir, a juicio de este socio, hacia su práctica desaparición. Igualmente se hace eco en su escrito de que un grupo de gente más joven que la actual dirección, "gente no quemada", ha solicitado hacerse cargo del Club para buscar un nuevo rumbo antes de que el barco del Marítimo se hunda. Sin embargo, se lamenta de que ha topado con la negativa de Barca y su junta.

Descalificaciones
También lamenta la campaña de descalificaciones y despropósitos en los medios de comunicación del gerente del Club, Nacho Marra, que a su juicio, "hacen totalmente inviable su futuro en la entidad". "Es un secreto a voces que mientras Barca y Marra permanezcan en los puestos directivos nadie va a hablar ni pactar con el Marítimo", señala, en clara referencia a la inicial propuesta de Trapsa de ceder la gestión de la vela al Club que ha quedado en saco roto. "Ya hemos perdido la sección de la grúa y si siguen así las cosas perderemos la explanada para la vela ligera y la gasolinera porque no hay que olvidar que el dueño de todo es Autoridad Portuaria", señala.

Gomila Pons cree que la presión de los socios y la "terrible situación económica del Club" provocará finalmente la salida de la actual directiva y propiciará la entrada de gente nueva, que busque un nuevo rumbo, "inspirándose quizá en los años sesenta, cuando el club no tenía financiación de los amarres y en muchos aspectos funcionaba bastante mejor", recalca.