FUTURO. La prisión de Menorca dispondrá de 92 celdas, más otras 34 complementarias

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LL.A.C. Maó
La vida de unas 60 familias de la Isla cambiará cuando entre en funcionamiento la cárcel de Menorca. Actualmente unos 60 menorquines cumplen condena en la prisión de Palma, y todo hace pensar que cuando el centro penitenciario menorquín esté en marcha la mayoría de ellos podrán trasladarse a la Isla.

Esto implicará un alivio para ellos, pero sobre todo para sus familias. Actualmente tienen que desplazarse hasta Mallorca para poder visitar a sus familiares presos. "Los reclusos menorquines cargan con la condena judicial pero además tienen que alejarse de sus raíces, algo que no pasa ni en Eivissa ni en Mallorca", comenta Isabel Serra, portavoz de la Pastoral Penitenciaria de Menorca. Con esta situación, "los presos menorquines se sienten marginados", concluye Serra.

Los familiares disponen de algunas ayudas para desplazarse hasta la isla vecina y visitar a sus presos. "Pero son unas ayudas que no son precisamente para tocar castañuelas", explica Serra. Si a esto le añadimos que generalmente, y según la Pastoral Penitenciaria, los presos proceden en su gran mayoría de familias con pocos recursos económicos, la realidad es la de unas familias que apenas pueden ir a visitar a sus presos cada medio año. "Las familias lo pasan muy mal, porque en una sociedad como la menorquina, además tienen que disimular y esconder como pueden su realidad para evitar los comentarios de la gente", concluye Serra.

REINSERCIÓN EN MENORCA
El mundo de la cárcel es tabú en Menorca. Quien tiene familiares allí lo esconde, y muchas veces es más cómodo mirar hacia otro lado. Pero en la Isla funciona una unidad dependiente, un piso en el que los presos en tercer grado pueden completar su reinserción. Actualmente la unidad está en obras, y sólo acoge a un preso, pero en breve podrá atender hasta 10 personas.

Son personas que durante el día trabajan, y que pasan la noche en la unidad dependiente. Los fines de semana y los festivos los pasan con sus familias, y cada quince días viajan a Palma para pasar los correspondientes controles. Podría pensarse que esta unidad dependiente tiene sus días contados con el estreno de la prisión menorquina, pero no es así, según Serra. "Siempre hay presos que necesitan ser acompañados más intensamente en su reinserción, y para eso está la unidad dependiente", explica.

¿UNA PRISIÓN EN MENORCA?
En su día algunas voces criticaron la presencia de una prisión en Menorca. Comentaban que quizás no era necesaria una infraestructura de este tipo en una isla tan pequeña. En cambio, la portavoz de la Pastoral Penitenciaria cree que será una buena iniciativa, para evitar el desplazamiento de las familias, y segundo por su efecto intimidador: "Si algunos ven las orejas del lobo cerca, quizás se lo piensen antes de hacer según qué cosas", concluye.