Hervás. El médico valenciano pronto se trasladará a Menorca para trabajar

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Rubén P. Atienza Ciutadella
Daniel Hervás (Valencia, 1979), quien próximamente se incorporará a la Unidad de Pediatría de las Consultas Médicas Juaneda Ciutadella, será el único pediatra especializado en neumología y alergología infantil de Menorca. Centrado no sólo en los aspectos clínicos de su campo, el doctor ha realizado durante los últimos años una prolija actividad investigadora que continúa en la actualidad.

La epidemiología del asma se conoce bien en los niños de más de seis años y algunos expertos critican que no haya estudios por debajo de esa edad. ¿Tiene datos sobre la prevalencia de dicha afección?
Saber si el asma está aumentando es actualmente un tema muy controvertido. En los últimos años se han publicado varios trabajos que sugerían que la prevalencia se estaba incrementando. Se trata de estudios internacionales en los que se ha intentado utilizar una misma metodología para hallar la prevalencia en diferentes sitios, pero se basan en cuestionarios y por tanto su fiabilidad es difícil de valorar. La verdad es que trabajos con niños muy pequeños no hay tantos, pero nuestra función es saber diferenciar quiénes van a desarrollar el asma de adultos y quiénes no.

Además del asma, ¿cuáles son las afecciones más habituales que se tratan en su especialidad?
Lo que es más prevalente son las rinitis alérgicas, las infecciones respiratorias de repetición y las neumonías; además de las alergias alimentarias y los estudios de alergias farmacológicas.

¿Cuál es el tratamiento más común para controlar los síntomas del asma en los niños?
En mayores de cinco o seis años, lo más recomendado son los corticoides inhalados. Aunque la palabra corticoide suele dar mucho miedo, hoy día sabemos que no produce los efectos secundarios que se pensaba en los años 90. Los corticoides son la herramienta fundamental, sobre todo con los más mayores; cuando son más pequeños tenemos pocas cosas que funcionen eficazmente.

¿Hay previsión de algún avance de cara al futuro?
Lo primero que hay que hacer es concienciarse de que hay herramientas como la inmunoterapia que funcionan en casos concretos de asma alérgico. Se trata de una técnica que tenemos un poco restringida injustificadamente. La inmunoterapia supone administrar a los niños alérgicos de forma artificial cantidades progresivas de la proteína que produce los síntomas para que su cuerpo vaya tolerando la exposición natural. La inmunoterapia, que lleva funcionando más de un siglo, todavía es una herramienta que no está lo suficientemente explotada en las Islas. La verdad es que choca bastante, porque en la Península se utiliza mucho más.

¿Y eso a qué se debe?
Quizá en el sistema balear de salud hacen falta más alergólogos, especialmente para adultos. Yo creo que es un campo en el que se tiene que mejorar muchísimo. Además, la sanidad pública tendría que potenciar el tratamiento de la alergia infantil en alguna de sus unidades.

¿Cómo influye el factor genético en las enfermedades que trata?
La verdad es que todavía no lo tenemos muy claro. Sabemos que tiene un componente familiar en algunos casos que puede ayudarnos a predecir qué niños van a desarrollar asma o no, pero no siempre se asocia. Es un campo en el que todavía hay que investigar mucho.

Y el cambio climático, ¿influye? Hay estudios que apuntan que los casos de asma han aumentado de forma exponencial en los países industrializados...
Lo primero que hay que decir es que no sabemos muy bien si la prevalencia está aumentando. Recientemente se apuntaba que sí estaba incrementándose, aunque en estos momentos los estudios sugieren que ese aumento se ha detenido. A la hora de buscar las causas hay varias teorías, una de ellas relacionada con los cambios socioculturales, como la alimentación, y otras medioambientales, pero por el momento sólo son hipótesis.

¿Cómo afronta su nueva etapa en Ciutadella?
La verdad es que me atraía el hecho de conocer la patología en diferentes islas, ya que es muy interesante profesionalmente. Por otra parte, tenía conocimiento de que los pocos pediatras que hay en Menorca son excelentes. La especialidad pediátrica necesita más de subespecialistas, y me pareció que Menorca era un sitio donde hacía bastante falta. Ver que puedo ser útil es algo que me ilusiona mucho.