EXPERIENCIA. Empezó con una calculadora prestada, y acaba como una de las voces turísticas autorizadas

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Ll.A.C. Maó
Cuando llegó a Menorca, sus dedos repasaban los números de Fomento del Turismo en una calculadora prestada en una sastrería de Maó cuando ésta cerraba las puertas. Llegó con la intención de quedarse sólo un año, y ya lleva cuarenta y aquí se jubilará. A sus 66 años, Emili de Balanzó cuenta cuatro décadas como gerente de Fomento del Turismo. Ahora ve con pesar cómo esta entidad está a punto de cerrar sus puertas, aunque no lo haría si de él dependiera.

- ¿Se acabó Fomento?
- Me temo que Fomento tal como nació, sí. Un siglo atrás un grupo de socios del Ateneu creó la Sociedad de Atracción de Forasteros y Excursiones, a imitación de lo que se hizo en Mallorca. Más adelante, en 1932, un grupo de visionarios creó Fomento del Turismo en un momento en que aquí no había nada relacionado con esta industria. En cambio, en Mallorca se iniciaba el movimiento turístico, y los visionarios creyeron que aquí también podría tener éxito. Pasa el tiempo, y a medida que la Administración se acerca al administrado, Fomento ha ido perdiendo peso. La Administración, como en tantos otros temas, se ha comido a la sociedad civil. El Estatuto de Autonomía atribuye ahora las competencias de promoción turística al Consell, y esa era la gran función que desarrollaba Fomento. Por lo tanto, no tendría sentido que dos instituciones se dedicaran a la promoción. Es por eso que creo que a Fomento se le acaba la cuerda. Eso sí, quizá podemos ocupar otra parcela.

- Usted qué haría, ¿cerrar la ventanilla para siempre o seguiría?
- A mí me gustaría que Fomento no desapareciera, e incluso que volviera a sus orígenes, formando parte del Ateneu de Maó. Sería un foro de debate y análisis de la situación turística.

-¿Es bueno que la Administración vaya adquiriendo más protagonismo, en detrimento del sector privado?
- No, no es bueno. Las comunidades prósperas y fuertes son aquellas en las que la sociedad civil está muy bien articulada. Por una parte, existe una cuestión legal: el Estatut otorga las competencias de nuestra promoción al Consell. Pero hay otro tema: una especie de dimisión por parte de la sociedad ante este hecho. ¿Hoy sería posible crear el Ateneu, el Orfeón, el Cercle Artístic, el Fomento del Turismo? Temo que no. En este país existe una práctica que consiste en "yo tengo una idea, quién me la paga". ¿Dónde está el riesgo de los privados? Fomento podría no desaparecer si así lo quisieran sus socios. La sociedad menorquina tiene suficientes retos como para que Fomento siga existiendo. Hay que meditar qué cuesta seguir con esto...

-¿Es una cuestión económica?
-No, es una cuestión de indefinición. Creo que el sector privado seguirá participando en la promoción a través de sus asociaciones. Pero también creo que hay que seguir haciendo estudios de mercado, analizar qué hacen nuestros competidores, qué pasa con el transporte aéreo... Cuando las cosas han comenzado a ir bien, Menorca se ha vuelto muy pasiva, el sector privado se ha retirado y ha dejado que las cosas funcionaran solas. A principios de los años 90 perdimos el mercado sueco, el danés y el noruego, y nadie movió una ceja, porque el mercado británico se lo comía todo. Nadie pensó que ese mercado podría tener un momento de debilidad. ¿Qué pasará si Gran Bretaña asume el euro, y reduce su poder adquisitivo? Alguien debe pensar estas cosas, y podría hacerlo Fomento. Pero para ello se necesitan recursos. Me quedé preocupado y disgustado cuando se creó la Fundació Turisme Menorca, una copia mimética de Fomento. ¿Por qué no se cogió Fomento y se transformó? No lo entiendo, a no ser que fuera una operación puramente partidista. Además, ciertos empresarios que habían formado parte de Fomento se fueron a la Fundació, un ente que hace exactamente lo mismo que nosotros. La sociedad menorquina se comió lo que ella misma había creado y de lo cual parecía estar orgullosa. Yo intentaría impedir que la Administración cree un ente paralelo al Ateneu de Maó. ¿Cómo es posible que la sociedad menorquina no haya dicho nada sobre lo que se hizo con Fomento? El empresariado ha ido donde está el dinero, y esto es una actitud muy poco coherente con el espíritu fundacional de Fomento.

-¿Por qué cree que se ha perdido este espíritu fundacional?
-Es el reflejo de un cambio mucho más amplio. Se ha perdido la capacidad de riesgo. ¿Hoy se podría crear El Caserío, La Menorquina, Catisa? ¿Dónde está aquel espíritu emprendedor? Pero es que pasa otra cosa. El Fomento del Turismo de Mallorca tiene sentados en su mesa a propietarios de grandes empresas hoteleras mallorquinas. Nosotros hacemos una reunión y nos vienen propietarios de empresas no menorquinas. Es la demostración de que Menorca no creyó en el turismo, pues si dejamos de lado unas pocas excepciones, lo que ha hecho el menorquín es convertirse en el sector servicios del sector terciario: allí donde un mallorquín ha edificado un hotel, ponerle un bar, un supermercado, una tienda... Los centros de decisión turísticos no están en Menorca.

-¿Menorca no ha creído en el turismo, dice?
- Ha habido gente que ha creído y luchado muchísimo, incluso gente que no tenía ningún interés turístico. Fomento ha estado presidido por notarios, farmacéuticos, médicos, abogados... Creían en el beneficio del turismo a nivel global, pese a no tener interés particular. Pero la sociedad no ha creído en el turismo. Siempre que se habla de turismo se relaciona con la economía, y el turismo va mucho más allá. Como mínimo, la sociedad menorquina ha estado pasiva ante el turismo. Recientemente hemos perdido los mercados de Austria y Luxemburgo, y nadie dice nada. El empresariado turístico ha actuado a impulsos. Cuando la situación es buena es cuando debes prever algo para cuando las cosas no vayan tan bien. Por ejemplo, ¿cómo es posible que Menorca siga teniendo la asignatura pendiente del mercado francés, que está justo aquí al lado? Los franceses vuelan por encima de nosotros, pero no se paran. ¿Por qué no se ha hecho nada para que vengan? Pues porque no hacía falta, porque ya venían los británicos y nos bastaban.

-Viviendo al día...
-La cuenta de resultados era buena, creíamos que los de Menorca éramos los más guapos... La Administración pública también ha tenido carencias, puesto que algunos ayuntamientos creían que el turismo era un hecho natural que se repetía cada mes de mayo, como la llegada de las golondrinas. Pues no. Existe una competencia feroz entre mercados, todos los destinos presumen de lo mismo... pero antes las cosas funcionaban, y nadie hacía nada. ¿Cómo es posible que algunos empresarios que estaban con nosotros se pasen a la Fundació Turisme, y olviden lo que han sido?

-¿Ha sido la Administración la que ha fagocitado a Fomento, o ha sido el propio Fomento quien ha cavado su tumba?
-La Administración se equivocó con la Fundació Turisme Menorca, pues podía haber transformado Fomento del Turismo. Pero la Administración no ha actuado sola, y la responsabilidad es compartida con los que han dejado de creer en el Fomento para creer en otra cosa. Y la Fundació Turisme ha acabado exactamente igual que nosotros.

-¿Y cómo ve ahora la Fundació Destí, que asumirá toda la promoción?
- El conseller sabe que debe abrir la Fundació Destí a la participación del sector privado. En el fondo, la Administración gestiona lo que los ciudadanos pagan, y si en Menorca lo que produce más recursos es la iniciativa privada turística, la Administración debe ser sensible a ello.

-¿Darles voz, voto o mayoría?
- Voz y voto por descontado. El sector privado es básico. Es que cuando se creó la Fundació Turisme, al margen de Fomento, mucha gente me paraba para preguntarme si había pasado algo con el Govern.

-Se habló de estrategia política, diferencias...
-No pasó nada, si acaso las diferencias fueron entre políticos, no a nivel institucional. Si ahora el Consell tiene la competencia en promoción turística, después de muchos años deseándola, no sería lógico ceder esta competencia a una entidad privada. Pero eso no significa que los privados no deban participar de las decisiones. No obstante, dudo que el sector privado pueda tener mayoría en la Fundació Destí.

-Un sector privado que estaba en Fomento, y que ahora abdica.
- Lamento que una forma de entender el turismo se acabe. Fomento ha sido una entidad muy curiosa, que se ha dedicado a una gran variedad de cosas, dábamos una gran importancia a las repercusiones económicas que el turismo podía tener para Menorca, pero íbamos más allá. Y esto ahora se pierde, y todo son cuentas de resultados, rentabilidades...

-Una de las reflexiones que originaron Fomento fue que el turismo podía ser bueno para Menorca. ¿Lo ha sido?
-Ha sido bueno, pero quizá no hemos sido capaces de convertirlo en óptimo. En los años 70, teníamos un modelo económico que dependía de varias patas equilibradas: agricultura, calzado, bisutería, comercio y turismo. Algunas de estas patas se han tambaleado, mientras el turismo se ha mantenido y ha aguantado la debilidad de otros sectores. Esto es bueno, pero deberían haberse hallado alternativas para evitar la dependencia absoluta del turismo. Guillem López Casasnovas dijo que económicamente ahora todo depende de cómo vaya la próxima temporada turística. Es muy duro para un solo sector ser el responsable de lo que pueda pasar. El turismo ha sido una buena oportunidad, pero deslumbrados por esta bonanza no se pensaron alternativas económicas por si fallaba. Y es que en tiempos anteriores nosotros creíamos que la gente venía a Menorca porque éramos muy guapos. Muchas veces no se tiene en cuenta cómo, por ejemplo, la Guerra de los Balcanes favoreció que los turistas vinieran aquí y no a otros sitios. Ahora esos destinos vuelven a estar abiertos y subiendo, y además muchas veces potenciados por empresarios baleares. El día que el norte de África se desarrolle, los turistas volaran por encima de nosotros para ir a ese destino.

-Así como lo explica, parece que nuestro destino ya no está en nuestras manos...
-Lo primero que tenemos que hacer es poner en valor lo que hacemos y tenemos. Tenemos un gran parque temático, nos hace falta ponerlo en valor.

-Lo de poner en valor lo he oído cientos de veces, pero aún no sé qué significa.
-Todas las discotecas del mundo, las piscinas, los restaurantes... son iguales. Poner en valor significa publicitar lo que tenemos. Alucino cuando veo que en la gran mayoría de los restaurantes de Menorca puedes comer un gazpacho, pero en muy pocos un 'oliaigu'. ¿Vamos nosotros a París a pedir una paella? Otro ejemplo, Menorca tiene un buen número de ANEIs (Áreas Naturales de Especial Interés). Bienvenidas sean, pero qué son, ¿guetos para pajaritos? ¿No podemos tener gente que las muestre, las explique? Viajar debe representar más emociones que cambiar de cama: comer diferente, descubrir sitios, costumbres... Nosotros, en cambio, damos de cenar a los ingleses a las siete porque así lo hacen en su país, no cocinamos con ajo porque no les gusta... Hemos trasladado su casa aquí, con la única diferencia de que en vez de tener el Big Ben delante, tienen el reloj del Ayuntamiento de Maó. Y eso es un error.

-Algo más entiendo ahora de eso de poner en valor...
-Se dice que la promoción es esencial, pero ¿qué promocionamos? Mercedes Benz, antes de hacer promoción, diseña su producto. Nosotros qué promocionamos, ¿Menorca? Muy hermoso sí, pero si alguien viene estos días a la Isla no encuentra nada. Como durante unos años las cosas han venido rodadas, no se ha tenido que hacer nada ni inventar nada. Al sector turístico de Menorca le han faltado líderes, pero es que tampoco ha habido empresarios.

-Fomento del Turismo podría haber ejercido ese liderazgo.
-Lo ha hecho durante unos años, a la vez que intentaba convencer a la gente de que lo que hacíamos era correcto. El turismo ha sido una buena oportunidad, y espero que el sector siga siendo importante, pero no desearía que tenga el protagonismo que tiene ahora. No es bueno depender de una sola cosa.

-Acaba Fomento... ¿y usted ahora qué?
-En febrero decidiremos qué pasa con Fomento. Pero yo me dedicaré a lo que más me gusta: leer, pasear y viajar. Mi vida laboral se ha acabado.

-Algunos creen que ahora tendrá más tiempo para todo... también para la política.
-¡No! Soy demasiado ingenuo y romántico, y veo la política con una mirada demasiado poco cínica. Le dije que sí a Arturo Bagur por mala conciencia. Vine a Menorca por un año, y llevo cuarenta. Creo que algún día debes devolver a la sociedad parte de lo que ella te ha dado, y por eso acepté ir con Arturo, para servir a mi comunidad. Pero la política es muy compleja. La Administración es otro mundo, una maquinaria lenta muy difícil de acelerar y parar. Además, hay gente mucho mejor preparada.

-Pero ofertas no le han faltado. ¿Alguna vez estuvo a punto de aceptar?
- No. Primeramente, porque tenía un compromiso con Fomento del Turismo. Incluso alguna vez los directivos de la entidad me empujaron a que aceptara un cargo, pero es que yo creo que no reúno las condiciones. La política me merece mucho respeto. Gestionar la cosa pública en beneficio de todos es lo más noble que puede hacer una persona, pero para ello debe tener ciertas capacidades y además vocación.