Optimismo. Vázquez sostiene que hay margen para la recuperación

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Marga Vives Palma
Las expectativas no son alentadoras para la próxima temporada turística. La Asociación de Cadenas Hoteleras (ACH) cuantifica en un 20 por ciento el descenso previsto de las ventas de paquetes vacacionales. Un panorama que, según su presidente, estamos a tiempo a atajar, aunque Aurelio Vázquez alerta de que hay que "ponerse las pilas", como se dice comúnmente. Precios, comunicaciones aéreas e innovación son ahora las claves del futuro más inmediato.

¿Por qué los datos son más desfavorables para Menorca?
En los últimos años Menorca ha tendido a reducir su actividad turística. Ahora esa tendencia se ve agravada por la crisis que están padeciendo todos los destinos. Me consta que los empresarios están trabajando conjuntamente con la Administración para tratar de hacer frente a esta situación y que hay una enorme preocupación entre la clase empresarial menorquina por cómo se puede afrontar este desafío. La Isla es un destino que ha sufrido mucho en los últimos años y tiene que reaccionar antes de quedarse fuera de los circuitos o ver reducida su presencia en el mercado únicamente a las semanas centrales de la temporada.

Eso es lo que algunos touroperadores vaticinan que sucederá.
Ése es el riesgo que existe. De ahí la importancia de resolver las conexiones aéreas, de mejorar el destino con otros atractivos que complementen la oferta actual y de buscar fórmulas de dinamización de esa oferta.

¿Qué falla para que nos hallemos en estas circunstancias?
Visto desde fuera, el que se haya perdido conectividad aérea es fundamental. Y se pierde cuando no hay suficiente oferta en el mercado y deja de ser atractivo para el touroperador. Sin oferta aérea, un destino como éste no tiene alternativas.

Restricciones
Las restricciones urbanísticas y los criterios de ordenación de la Isla, ¿perjudican el desarrollo de una industria turística potente?
Bueno, se trata de decisiones que los responsables políticos adoptaron al entender que obedecían a lo que la sociedad menorquina demandaba. Quizá se tiene que revisar qué quiere ahora esta misma sociedad como futuro desarrollo económico de su Isla. Desde el punto de vista hotelero, indudablemente una excesiva restricción de la oferta conlleva una pérdida de interés por parte del touroperador, que tiene que tener una masa crítica para poder ofertar vuelos. Es la sociedad menorquina la que tiene que pronunciarse sobre cómo quiere desarrollar económicamente su futuro.

En esa lucha por la cuota de mercado, Mallorca se ve como un competidor más para Menorca.
Todos los destinos competimos entre nosotros. Mallorca tiene unas connotaciones de oferta y unos mercados parcialmente diferentes a los de Menorca, donde el principal mercado es el británico y donde el español es un tipo de turismo muy residencial. Hay algunos componentes diferenciales, que son importantes para que cada isla busque sus nichos de mercado más afines frente a la competencia.

El cierre de El Caserío anuncia cambios importantes en la estructura económica de la Isla. ¿Está preparada la industria turística menorquina para asumir las riendas del crecimiento futuro en la Isla?
Yo creo que es uno de los retos que tiene la sociedad menorquina. El cierre de El Caserío es una muy mala noticia, porque supone una pérdida de puestos de trabajo y de actividad económica, y posiblemente acentúe la necesidad de que el turismo pase a asumir el liderazgo de desarrollo económico. Eso tiene que llevar a una reflexión de los partidos políticos y la clase empresarial, para ver cómo se aprovecha esta oportunidad. Menorca tiene una potencialidad indudable que no se ha desarrollado lo suficiente.

Ustedes prevén recortes en la oferta de vuelos con los mercados emisores. ¿Va a perjudicar este pronóstico de una manera especial a Menorca?
Estamos todos incluidos; Menorca, pero también Mallorca y Eivissa. Va a venir en función de las expectativas de los touroperadores y de la facilidad con que puedan vender el destino en temporada alta. Es muy importante colaborar con ellos.