Costa. Mientras algunos adecentaban ayer sus chalés y almacenes otros aprovechaban las olas para practicar surf en la zona costera de Sant Lluís

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Maria Solá Maó
Ya lo dice el refrán, después del temporal llega la calma. Tras las fuertes rachas de viento del pasado sábado, que llegaron a alcanzar los 110 kilómetros por hora, la zona de Llevant vuelve a la normalidad lentamente.

La situación era ayer tranquila en la zona costera de Sant Lluís, donde incluso algunos se enfrentaron con valentía a las bajas temperaturas propias del mes de enero y aprovecharon las olas para practicar surf. Tan sólo pequeños detalles dejaban constancia de la ventisca del fin de semana: algunas vallas caídas y estructuras derribadas y algas en las playas. En realidad, los daños materiales en las urbanizaciones de la costa fueron mínimos, según apuntaron ayer fuentes de la Policía Local de Sant Lluís.

Una de las zonas más afectadas por el temporal fue el muelle de Cala Torret, donde el oleaje derribó las puertas de un restaurante que permanece cerrado al público durante el invierno. "El agua ha dañado la instalación eléctrica del establecimiento", señalaba ayer un vecino de la zona mientras retiraba la arena que había entrado en su almacén a causa del fuerte viento. Las bolsas de basura apiladas a la entrada de algunos chalés eran la prueba de que muchos otros habían aprovechado la jornada del domingo (más espléndida de lo habitual) para adecentar sus viviendas y retirar todas las ramas caídas.

En la costa norte el oleaje era algo más intenso dado el viento de noreste que ayer soplaba en la Isla. Según la Agencia Estatal de Meteorología la fuerza del viento de componente norte disminuirá durante el día de hoy y la previsión de fuerte marejada en la zona norte de la Isla se debilitará.