"La pobreza se ha feminizado"

Sarmiento denuncia que en un momento de crisis globalizada, las mujeres volverán a ser las grandes perdedoras. Habla de la "feminización de la pobreza" en los países subdesarrollados que seguirán estancados, dice, mientras los banqueros se enriquecen más con el dinero inyectado por los gobiernos. Al respecto recuerda que hay 1.500 millones de mujeres que viven con dos euros al día y que sólo 25 familias en el mundo poseen lo que la otra mitad del mundo tiene. Una realidad lacerante que Sarmiento denuncia en sus documentales y en los que demuestra que, a pesar de su marginación y su exclusión, las mujeres son quienes se enfrentan al día a día con mayor valor y creatividad. De hecho, es a ellas a quienes actualmente las ONG entregan los microcréditos de ayuda y no al hombre cabeza de familia, porque finalmente se han dado cuenta de que ellas son más fiables, más capaces de llevar a cabo sus proyectos y de devolver con garantías el dinero prestado.

Los microcréditos
El primer documental que se proyectará hoy en Alaior está rodado en la República Dominicana. Sarmiento muestra cómo este paraíso turístico es un país con un triste trasfondo, donde buena parte de sus mujeres emigraron en los años 80 y 90 a España para trabajar en el servicio doméstico y a cuidar nuestros enfermos e hijos. Ahora, tras sufrir el desgarro de la separación familiar, muchas mujeres regresan a casa y, a través de microcréditos, cuenta, son capaces de comenzar una nueva vida, creando pequeños negocios o convirtiéndose en educadoras para sacar de la ignorancia a otras mujeres. "En el mundo hay 500 millones de mujeres analfabetas y por tanto no pueden participar en la toma de decisiones en sus países", advierte la periodista.

El sida y la mujer
El segundo documental es una secuencia rodada en África sobre el sida. Sarmiento apunta que sólo en el último año se han infectado con el virus otros cuatro millones de personas y arremete contra la industria farmacéutica por no crear suficientes medicamentos genéricos para atender las necesidades de los países subdesarrollados. Afirma que la enfermedad se ha feminizado porque muchas mujeres se contagian a través de violaciones. El sida también ha reducido de forma dramática la esperanza de vida en Tanzania donde apenas llega a los 40 años.

EL PARTO DE UNA INDÍGENA
La tercera secuencia relata el proceso del parto de una indígena en Ecuador para denunciar las precarias y escalofriantes condiciones sanitarias en las que las mujeres dan a luz. Cuenta la peripecia de una mujer que debe desplazarse desde las montañas hasta el llano para finalmente dar a luz en un refugio con la única ayuda de su marido y de una partera. "En los países subdesarrollados cerca de 500.000 mujeres mueren al año, muchas de ellas por abortos clandestinos, por partos de embarazos en niñas y por la falta de asistencia sanitaria. Muchas mujeres mueren en el mundo sólo por el hecho de ser madres", denuncia Carmen Sarmiento. "Todo ello provoca que los niños indígenas nazcan con un peso menor y con más enfermedades crónicas que los niños no indígenas" añade. "Siempre digo que debajo de un campesino hay una mujer más explotada, debajo de un hombre negro humillado hay una mujer doblemente humillada y debajo de un indígena hay una mujer doblemente explotada", recalca.

EL AGUA Y LA ABLACIÓN
El cuarto documental aborda la cuestión de la mujer y el agua y de la mujer y la ablación del clítoris. La secuencia está rodada hace 20 años en Mali, pero siguen siendo temas vigentes, según Sarmiento. "130 millones de mujeres en todo el mundo han sido clitoridectomizadas por razones 'religiosas'', apunta, al tiempo que denuncia cómo la ablación también se está practicando por los emigrantes en los países occidentales.

A pesar de la pobreza y la desesperación que ha visto a lo largo de 35 años de profesión, la veterana periodista asegura que es genéticamente optimista. Defiende la necesidad de "una revolución blanca", porque se ha demostrado, señala, que el capitalismo sólo sirve para explotar a los seres humanos y crear sociedades enfermas. De hecho, comenta que hemos pasado de hablar de la marginalidad de una parte de la población, a la exclusión, el rechazo, e incluso en algunos países ya se habla de los desechables entre los que se incluyen prostitutas, homosexuales y a los niños de la calle. "Los banqueros que nos esquilman y se reparten indemnizaciones fabulosas, ahora reciben las ayudas de los gobiernos, ¿pero en qué mundo depredador vivimos?", se pregunta la periodista. "El capitalismo nos está mostrando se cara más salvaje y se cambia o se empobrecerán las clases medias en Europa. Y no digamos la población de los países subdesarrollados esquilmados en sus riquezas naturales y donde se azuzan guerras internas", señala. "Estas gentes son cada vez más pobres y están cada vez más desesperadas, y llegarán a Europa, donde vivimos en el despilfarro. O cambiamos por solidaridad o por razones de estrategia política o estas masas hambrientas acabarán devorando el primer mundo", concluye.