Mercè Rubió. Presidenta de la Fundació

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L.M.F. Maó
Dos cuestiones de carácter procesal relativas a la prescripción y a la falta de legitimación activa han provocado la desestimación por parte de la Audiencia Provincial de Balears del recurso de apelación interpuesto por Mercè Rubió Boada contra la sentencia que, entre otros pronunciamientos, declaraba el cese como gerente de la Fundació Rubió Tudurí Andrómaco de Hipólito Mercadal y la obligación de éste de abonar más de 350.000 euros por los daños y perjuicios causados a la entidad por operaciones financieras irregulares.

Dichas operaciones fueron puestas en duda por la presidenta de la entidad, Mercè Rubió, y el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Maó estimó sus pretensiones en una sentencia de fecha 30 de abril del año pasado. La Audiencia, sin embargo, sostiene que "no hay constancia de que en ninguno de los acuerdos del Patronato hubiera ausencia y disidencia de la ahora actora [Mercè Rubió], cuya presencia y voluntad fuera disconforme con lo decidido y ni por tanto desconocimiento ni en su adopción ni en su hipotética ejecución".

Por este motivo, la Audiencia entiende que Rubió carece de legitimación y revoca la primera sentencia, absolviendo a Mercadal de todas las pretensiones que se dirigían contra él. Tanto la presidenta como el gerente declinaron efectuar declaraciones sobre la sentencia ahora revocada.

Este conflicto judicial se enmarca en el clima de enfrentamiento entre Rubió, presidenta e hija del fundador, y el resto de miembros del Patronato de la Fundació Rubió Tudurí Andrómaco, agrupados en torno a Mercadal. El pronunciamiento de la Audiencia, no obstante, podría contribuir a asentar las bases sobre las que el nuevo Patronato pretende reactivar la fundación.

Reactivación
En este sentido, desde la renovación de este órgano de gobierno el pasado verano se ha procedido a la adaptación de la entidad a Ley de Fundaciones de 2002 y a la elaboración de unos nuevos estatutos que propicien su democratización. Así, respetando el carácter vitalicio de los patronos designados por el fundador, los nuevos son renovables por diez años, siendo la designación de cargos de carácter democrático. De este nuevo aire que se pretende insuflar a la Fundación da fe el hecho de que los acuerdos que se han ido adoptando los últimos meses, entre ellos la elección de dos vicepresidentes, Manuel Elices y Josep Maria Quintana, han contado con la unanimidad del Patronato, según explican fuentes de la entidad.

En este nuevo clima se han creado dos comisiones para dinamizar la actividad de la Fundación, una, presidida por Mercè Rubió para analizar los usos de Mongofra, que está pendiente de conclusión, y otra, la comisión de finanzas, que, además de abordar la repatriación de los fondos de la fundación y de proceder a la regularización de las cuentas, no sólo de la Fundació sino de las sociedades vinculadas a la misma, Moviente, S.L. y Agrocaça, está estudiando el destino que se le ha de dar al patrimonio de la entidad.