Alcázar. La representación de los juegos olímpicos impresionó al jurado, que seleccionó esta carroza como ganadora del premio del desfile de Carnaval

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Redacción Maó
El Carnaval, la fiesta irreverente por excelencia, tomó ayer el centro de Maó pese al frío y la lluvia que comenzó a caer media hora después del inicio del desfile de carrozas por las principales calles de la ciudad. Las ganas de diversión parecen ser directamente proporcionales a los problemas económicos que estos días flotan en el ambiente y copan los titulares informativos, al menos si se tiene en cuenta la numerosa participación en la marcha de carrozas y comparsas, y la animación entre el público.

En total fueron quince carrozas y diez comparsas las que participaron este año en la cabalgata de Carnaval. Desde los montajes sencillos, en los que pesa más la firme voluntad de pasar un buen rato y compartirlo, a las carrozas más elaboradas, que no dejaron margen a la improvisación, todo tuvo cabida en una "rua" vistosa en la que no faltaron alusiones a cuestiones de actualidad, como la futura cárcel de Menorca.
Reos con el traje de rayas compartieron protagonismo con piratas de la Isla, aunque no sea del Caribe, pescadores, samurais, un ejército de bebedores de cerveza, jugadores de fútbol, egipcios con templo incluido y música "dance", el oeste muy lejano, y hasta el mundo de fantasía de la escuela de magos de Hogwarts, donde estudió el conocido Harry Potter, que continúa inspirando numerosos disfraces. Colectivos extranjeros residentes en la Isla tampoco se perdieron la oportunidad de integrarse en la fiesta, como ecuatorianos y afrobolivianos.

El deporte tuvo su protagonismo en diferentes carrozas, incluso con la puesta en escena de los juegos olímpicos, así como las protagonizadas por las escuelas de danza, que aportaron sus actuaciones.

No hubo un exceso de sátira en la cabalgata pero sí la bulla y las ganas de olvidar la rutina diaria para zambullirse en esta fiesta, de origen pagano y que precede a los días de recogimiento de la Cuaresma cristiana.

El público que copaba las aceras y plazas de Maó tampoco se quedó atrás en imaginación, aportando escenas variopintas. Grandes y pequeños, aunque éstos ya tuvieron su oportunidad de lucir disfraces en las ruas infantiles organizadas por los centros escolares, contemplaron el desfile ataviados de los más curiosos personajes.
Entre el público había de todo: vikingos, vacas frisonas, Astérix y Obélix, arlequines, demonios, mosqueteros y hasta el mismísimo Elvis.

Ganadores
El jurado, del que formaban parte los componentes de los Pons, la familia de la serie emitida por Televisió Menorquina, eligió por unanimidad como comparsa ganadora la de Alba Estudi de Dansa, con sus abejas Maya. En cuanto a las carrozas, la seleccionada fue la del CD Alcázar, que escenificó las olimpiadas.

El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Maó, Bartomeu Febrer, destacó, al término del desfile, la elevada participación y calidad de las carrozas y comparsas que salieron ayer a la calle para dar vida al Carnaval, así como la integración en la 'rua' de nuevos colectivos de residentes en el municipio.