Imagen de la urbanización

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O.R.P. Es Mercadal

Arropada por la espectacularidad de Cala Tirant, Playas de Fornells es una de las urbanizaciones turísticas más bellas de Menorca. Conseguirlo, sin duda, ha sido fruto del trabajo y las ansias de satisfacción de los vecinos. Como muchas otras zonas residenciales, su nacimiento fue convulso. La cruda realidad chocó de frente contra las promesas de alta calidad de bienestar y servicios.

Corría el año 1991 cuando la promotora de la urbanización, Hispaterra Menorquina SA, quebró. La dotación de servicios e infraestructuras no estaba terminada y los 17 grupos de propietarios quedaron en la estacada. Lejos de amilanarse y con el claro objetivo de conseguir que su sueño de vivir en un rincón paradisíaco de la Isla, se buscó una alternativa a la empresa privada. Se creaba la asociación de vecinos de Playas de Fornells.

Desde 1992 hasta 1998 se inició una dura labor de captación de fondos para completar las obras de infraestructura (alumbrado, canalizaciones o aceras eran temas pendientes de ejecutar). De acuerdo con el Ayuntamiento de Es Mercadal, y con la colaboración del arquitecto Bartolomé Martí Vidal, la comunidad de vecinos se enfrascó en el Pla Mirall. En 1999 se formalizó la colaboración con el Consistorio y se iniciaron las obras necesarias para completar las carencias e insuficiencias en infraestructuras necesarias para que Es Mercadal pudiera recepcionar el casco urbano de Playas de Fornells (se consiguió en 2006).

Las obras, sin embargo, no han concluido. Hace dos años, Demarcación de Costas acometió una de las grandes reivindicaciones vecinales. Se construyó una pasarela de madera entre las playas de Tirant. Esto garantizó con toda seguridad el acceso a la cala de residentes y turistas. Asimismo, este año se está acometiendo la canalización de agua potable y el carril bici que enlazará con Fornells. Una vez acaben, sí se podrá hablar de una urbanización totalmente urbanizada.

Tranquilidad
La vida en Playas de Fornells es, como en toda zona turística, muy distinta en invierno y en verano. Cuando el frío acecha a duras penas se quedan 20 personas en la urbanización. "Viva la tranquilidad, divino tesoro aún con las tramontanadas", admite Santiago de Tomás, presidente de la asociación de vecinos. Él, como otros, optó por un cambio de vida. De la locura de Madrid al sosiego menorquín. Este estilo de vida, sin embargo, se mantiene a lo largo del año. Incluso cuando la urbanización está en su punto álgido de visitantes, unos 4.000 en plena temporada turística, la calma y la serenidad dominan las calles.

Este clima lo infunden los propios residentes de Playas de Fornells. No en vano la media de edad es elevada. Sin embargo, existe un verdadero choque de culturas y formas de hacer entre los residentes y los visitantes hospedados en los dos complejos hoteleros de la zona. "Realmente genera un problema de calidad de vida pero intentamos minimizar y denunciar los excesos", afirma Santiago de Tomás. Y es que no es lo mismo disponer de una casa para el relax en una zona privilegiada que pasar una semana de vacaciones aprovechando al máximo la oferta lúdica de los hoteles.

Pero no sólo los huéspedes molestan a los residentes, sino que éstos critican duramente la actitud de los hoteles. "No han contribuido en el desarrollo de la urbanización, sino que únicamente se han beneficiado de ello", censura Santiago de Tomás. El presidente de la asociación de vecinos asegura que la deuda contraída con la asociación supera los 120.000 euros, lo cual puede "derivar en una denuncia por enriquecimiento ilícito".

La convivencia entre el descanso y el ocio no siempre ha sido fácil y menos cuando los intereses no son semejantes.

Crisis
De todos modos, parece que la crisis no se ha notado entre los residentes en Playas de Fornells. "Como mucho, ha cambiado el perfil de residente", comenta el presidente de la asociación de vecinos. En los inicios, la urbanización estaba habitada, en su mayoría, por británicos; sin embargo, en los últimos siete años han perdido protagonismo. El residente español, procedente de Cataluña, Madrid o País Vasco, es ya el mayoritario.

Playas de Fornells no destaca por el arrendamiento (ilegal pero conocido) de las viviendas. "Quien tiene casa aquí le gusta venir, disfrutarla", más cuando se ha tenido que pagar del propio bolsillo las obras de acondicionamiento. Playas de Fornells depende de Es Mercadal, pero, en el fondo, es de los vecinos.

Esta manera de entender la urbanización es la que impulsa a la asociación a convertirse en una entidad de conservación (idéntica fórmula asociativa que tienen otras zonas turísticas como Son Parc y Punta Grossa). "Nuestro objetivo es mejorar más este entorno porque en ninguna otra urbanización es tan armónico como en ésta", defiende Santiago de Tomás. Quizá esta integración es la que impulsa a muchas parejas de novios a hacerse las fotos de su boda en Playas de Fornells.