Landaluce. El director general de ANEN participó en una jornada

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Marga Vives Palma
No le van tan mal las cosas a Balears. En algunos aspectos consigue situarse a la cabeza de las estadísticas que favorecen. Un informe de la ANEN (Asociación Nacional de Empresas Náuticas) deja a las Islas en situación excepcional, en una coyuntura de números en plena cuesta de descenso. Su director general, Alejandro Landaluce, participó el jueves en Palma en una jornada organizada por sus asociados de la Comunidad Autónoma.

¿Cuál es la fotografía del sector en este momento?
Bueno, partimos de la realidad de una crisis global. El Informe sobre el Mercado de Embarcaciones de Recreo en España indica que en 2008 las matriculaciones descendieron en España un 23 por ciento. Las previsiones para este año apuntan a que el balance podría ser aún peor. Hay que decir que Balears es la única comunidad en la que la matriculación de embarcaciones de recreo creció el año pasado. Este aumento fue del 7,9 por ciento.

¿Por qué cree que Balears registró esta tendencia inversa a la del conjunto del Estado?
En las Islas convergen muchos aspectos diferentes, entre ellos, el de la fuerte presencia de extranjeros que, al proceder de otros países donde la crisis puede incidir de manera distinta, contribuyen también a diversificar su efecto en el archipiélago. Por otra parte Balears tiene atractivos turísticos para el mercado "chárter" que hacen que el sector náutico se mueva en una dirección diferente. Se trata de un centro de actividad muy importante y eso se refleja en los resultados.

¿Cómo puede el sector combatir los efectos de la crisis?
Hay que utilizar más el ingenio; no nos podemos quedar parados y lamiéndonos las heridas. Desde ANEN trabajamos en varios frentes. Por una parte, con el Ministerio de Industria, preparamos un plan de ayuda al sector. En cuanto a la matriculación de embarcaciones, negociamos con Hacienda la suspensión temporal del impuesto que grava esta actividad y en breve entrará en vigor una instrucción que agiliza los trámites burocráticos.
Además se baraja la posibilidad de que las embarcaciones de hasta 6 metros de eslora queden exentas de matriculación. El problema principal con el que nos encontramos es que no existe una legislación específica para la náutica de recreo y el sector se regula según la normativa referida a marina mercante.

¿Hay oportunidades de negocio pese a la situación económica?
Sí que las hay. Aquí tendríamos en cuenta en famoso dicho de "a río revuelto, ganancia de pescadores". La clave está en descubrir nuevos nichos de mercado y explorarlos.

¿Cómo se vislumbra el futuro?
Éste no es un sector homogéneo y además se trata de un mercado de ocio, no de una locomotora de la economía, así que no figura en el primer orden de prioridades del consumidor. No hace falta ser rico para tener un barco de menos de 8 metros; una embarcación de las pequeñas cuesta prácticamente lo mismo que un coche. Pero la gente que quería cambiar de coche ahora espera un par de años.

El beneficio de las estaciones
En Menorca se apuesta seriamente por las estaciones náuticas como producto turístico integral y diversificado. ¿A usted qué le parece esta oferta?
Está claro que el turismo náutico deportivo es una fuente generadora de beneficios muy importante. Nosotros venimos diciendo desde hace tiempo que hay un turismo generador de riqueza que se mueve en este sentido y que hay que potenciar el entorno.

Es como si se proyecta un campo de golf aislado en el desierto de Almería; será difícil que prospere, pero si le añades un entorno, con servicios complementarios, alojamiento, etc, el proyecto generará beneficios.

En este aspecto creo que estamos en clara sintonía con la Administración que promueve este tipo de iniciativas.