Los primeros aseguraron que la responsabilidad les empujaba a asumir un gobierno "en el que debemos ser prudentes a la hora de plantear grandes proyectos de futuro por la situación económica heredada, pero hay otras cosas que no necesitan dinero y que haremos, como devolver la dignidad a la institución", afirmó Maite Salord. De su parte, Joan Triay cargó con dureza contra el grupo mixto, al que tildó como "el gobierno más indigno, ilegítimo e incompetente que han padecido nunca los ciudadanos de Ciutadella". Triay argumentó su apoyo a Carbonero "por ser un voto de ruptura total con la política díscola y con la política de decir que sí a todo y no hacer nada, para que se siga tirando de la manta, porque el pueblo tiene derecho a saber cómo se ha malversado su dinero".
Para que Carbonero fuera alcaldesa tuvo que ser derrotada Antònia Gener. La candidata del PP presentó su opción a pesar de saberse perdedora, pero recordando al nuevo equipo de gobierno que "defenderemos el lugar y el peso que nos corresponde según las urnas, pero también aquello que sea bueno para Ciutadella, con colaboración y consenso". Gener contó con el apoyo de sus ahora tres concejales, y también del grupo mixto. Su portavoz, Antònia Salord afirmó que "hemos gobernado con transparencia y sin engaños", y pidió al nuevo gobierno "que no dé siempre la culpa a quienes les han precedido para tapar su incapacidad".
Tras los discursos, llegó la votación. A sobre cerrado, y en urna. Pese a la intriga, todo estaba cantado y once de los 21 votos fueron para Pilar Carbonero, lo que la convertía en alcaldesa a las 13.45 horas.
La nueva primera edil tomó entonces la palabra y trazó la que será su línea de gobierno. Habló -tal cual Barack Obama- de un camino, "el de la esperanza por encima del miedo". Un camino que permita superar las dificultades heredadas, que en el plano económico Carbonero definió como "una economía debilitada a causa de la ambición particular y la irresponsabilidad de algunos". La otra herencia es, según la nueva alcaldesa, la de la pérdida de dignidad política, "una situación difícil de medir que supone otra crisis a superar".
Carbonero usó símiles literarios para explicar que el camino que ahora inicia "es duro, y actualmente difícilmente se puede apreciar entre un bosque denso y oscuro, un camino que incluso podríamos decir que no existe, pero que me comprometo a trazar con línea firme y gruesa". Una vía para la cual Carbonero prometió transparencia: "Haremos nuestro trabajo con las puertas y ventanas abiertas, a la luz del sol y ante todo el mundo porque es imprescindible recobrar la confianza entre el gobierno y el pueblo".
La nueva alcaldesa acabó su discurso asegurando que "estoy al servicio de Ciutadella", tomó el micrófono ya de la silla presidencial y cerró el día en que se la elegía como alcaldesa con el protocolario "se levanta la sesión".
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.