Stand. Parte de la colección que exhibe la firma Pons Quintana en la feria internacional Modacalzado

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F. Saborit Maó
Asegurar las ventas. Esa es la consigna que ha marcado los diseños de las colecciones de calzado para la próxima temporada de otoño-invierno, en las que se dejan de lado las excentricidades para apostar por modelos básicos, aquellos que se pueden utilizar tanto para vestir como para el día a día.

Y es que la crisis, pevisiblemente, hará que muchas adictas al calzado reduzcan el número de pares que estrenarán el próximo invierno. En consecuencia, abundan los colores más clásicos y comerciales, como el negro, los marrones y cueros, el gris y el camel, con algunas concesiones a los tonos morados, berenjenas y azules.

"Es una apuesta un poco más seria, por el miedo a no vender", confirmó ayer el propietario de una de las firmas menorquinas presentes en Modacalzado, Santiago Pons Quintana. También Roman Pons, diseñador de la empresa Jaime Mascaró -que no expone en la feria de Madrid pero presenta su colección en su 'showroom' del centro de la capital-, señaló que no se presentan modelos "de diseño extremo, sino zapatos comerciales, siempre destacando la feminidad y la elegancia, pero que sean cómodos y combinables".

Las botas altas y de tacón medio son las protagonistas de los meses más fríos del año. Pons Quintana las presenta con una caña más ancha, con caída, para poder lucirlas con los pantalones por dentro, mientras que Mascaró aporta también zapatos abotinados y, en cuanto a alturas, variedad: tacones medios, de aguja y gruesos con un poco de plataforma. La línea de Úrsula Mascaró da el toque más 'naif' a la colección, con estampados tipo patchwork y colores azules, fucsias, lilas y tonalidades del negro, petróleo o plomo.

La firma Salord Jover apuesta más por la bota alta, tipo mosquetera, que por el botín, en tonos negro, gris y camel pálido, con tacones bajos y medios. En la línea C-Doux los dos modelos estrella son botas mosqueteras, por encima de la rodilla, explicó ayer el propietario de la empresa, Joan Salord, quien, al igual que Santiago Pons Quintana, se mostró satisfecho de la afluencia de clientes a la feria. Las previsiones más catastrofistas para el sector, de momento, no se han cumplido.