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La consellera insular de Economía, Antònia Allès, afirmó ayer que el Consell, "al igual que el resto de las administraciones", no comparten la decisión de SEBIME, con cuyos responsables mantuvo una reunión a primera hora de la mañana. A dicho encuentro también asistieron, el presidente del Consell, Marc Pons, la consellera balear de Trabajo y Formación, Joana Barceló, la consellera de Economía, Francesca Vives, y el alcalde de Maó, Vicenç Tur.


Allès lamentó que no se hubiera abierto antes un espacio de reflexión en Menorca para abordar la decisión en profundidad, especialmente al ser la feria Eurobijoux un evento dinamizador de la economía isleña. No obstante, mostró su respaldo y apoyo al sector. "Habría que analizar cuáles son los problemas, si esto obedece a un cambio de modelo o de promoción", dijo.


Por su parte SEBIME expresó ayer su agradecimiento por "la sensibilidad y predisposición" mostrada por las diferentes administraciones presentes en dicha reunión, donde sus responsables insistieron en la necesidad de que todos unieran sus esfuerzos en este nuevo camino que emprende el sector bisutero y poder así arribar a buen puerto. "Tenemos que ir todos a una y en la misma dirección, si se actúa de forma inteligente, eficaz, intensa y coordinada, las repercusiones para las empresas y los trabajadores del sector serán sin duda positivas", señaló posteriormente en una rueda de prensa Marcel Carreras, miembro del comité ejecutivo de la asociación bisutera. "No queremos que esto abra un debate político, SEBIME siempre ha sido una asociación apolítica y no entiende más que de trabajo para el sector", añadió.


Impacto económico
La decisión de SEBIME dibuja un nuevo panorama en la economía menorquina. Aún es pronto para conocer el impacto que este hecho tendrá, pero a nadie escapa que la feria internacional bisutera Eurobijoux se había convertido desde hace años en una importante fuente de ingresos en sectores como el hotelero, la restauración, el transporte y el comercio, entre otros. Porque además de ser un escenario de negocio, era el pionero de los eventos desestacionalizadores que ahora tanto se buscan y anuncian desde todas las administraciones. Durante los meses de abril o mayo la feria y la Isla recibía todos los años casi 200 personas entre expositores y acompañantes y hasta 400 visitantes, cifra que en ediciones en las que se celebró la Pasarela Eurobijoux se incrementaba. La feria era además un foco de atención informativa nacional e internacional, un reclamo para atraer segundas visitas de profesionales y de su entorno que, atraídos por la Isla, planificaban nuevos viajes ya como turistas.


Lo que empezó como una feria menorquina hace 30 años, se convirtió en apenas diez en un referente internacional de un sector que sólo en Europa facturó el año pasado alrededor de 1.500 millones de euros y actualmente suma 900 empresas y casi 20.000 trabajadores. Sin embargo, la crisis y los problemas de transporte de que adolece Menorca sin perspectivas de cambio han terminado por arrastrar al sector a tomar una decisión posiblemente vital para su supervivencia.

SEBIME: "El perjuicio turístico es limitado"
La asociación bisutera asegura ser consciente de "limitados" perjuicios que puede causar el traslado de la feria a Palma en el sector turístico de Menorca, pero recalca que estos sólo se ciñen a los cuatro días que duraba el evento. Además, insiste en que SEBIME se debe "ante todo" a sus asociados, y su labor es contribuir a la proyección de las empresas que la conforman.


La asociación señala igualmente que el peso del sector bisutero es muy pequeño en comparación con el turístico, circunstancia que se hace más evidente en un momento de crisis económica como el actual. En este sentido, advierte que por su relevancia en el PIB, el sector turístico está recibiendo "lógicamente" un apoyo superior en lo cuantitativo al sector bisutero, lo que obliga a SEBIME a "buscarse la vida". Al respecto la asociación recuerda cómo desde hace tiempo demanda un plan de choque para el sector industrial en Balears "aún en trámites" y la diferencia de dotación presupuestaria entre la Conselleria de Turismo y la de Comercio, Industria y Energía.