Desalojo. Los cerca de 600 alumnos que estaban en el edificio fueron trasladados hasta la pista de atletismo, habilitada como zona de autoprotección

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El Instituto Joan Ramis i Ramis de Maó vivió ayer un sobresalto que afortunadamente se quedará en una anécdota para alumnos, profesores y padres. Pasaban diez minutos de las doce cuando se declaró un conato de incendio en uno de los baños del segundo piso del centro. La voz de alarma se activó cuando una limpiadora se percató de una gran humareda en los aseos. Avisó de inmediato al profesor que estaba impartiendo clase en el aula anexa quien transmitió rápidamente el mensaje al equipo docente. Tras comprobar que el humo se desplazaba hacia el exterior del edificio por una de las ventanas y que no era posible extinguirlo por medios propios, se activaron rápidamente los protocolos de actuación.

Según explica la directora del centro, Inmaculada Pitaluga, los profesores que estaban en las aulas se encargaron de desplazar a sus alumnos al punto de autoprotección, es decir a la pista de atletismo, mientras los demás profesores controlaban que ningún estudiante se hubiera despistado y permaneciera aún en el interior del instituto. Pitaluga indica que el edificio fue desalojado en unos tres minutos consiguiendo que todos los alumnos, cerca de 600, permanecieran en el exterior. Pitaluga atribuye la rapidez del desalojo al simulacro que realizaron hace pocos días. "El miércoles presentamos el informe al Consejo Escolar con resultados de actuación favorables".

Un equipo de bomberos subió hasta el punto de origen de la humareda comprobando que se trataba de la combustión del dispensador de papel higiénico, probablemente causada por una colilla. Según informa Pitaluga "no se ha llegado a producir ningún incendio sino que el humo ha sido causado por la combustión del material" y añade que las primeras investigaciones señalan que no fue provocado "aunque lo vamos a investigar". La Policía Local y la Policía Nacional también se desplazaron hasta el instituto para controlar la situación.

Por otra parte, dos estudiantes de segundo de Bachillerato que estaban en una aula próxima a los baños, Enrique Soriano y Joaquín Abellán, reaccionaron de una forma peculiar cuando la limpiadora entró en el aula alarmada por el humo que procedía del baño. Se adentraron en el baño e intentaron extinguir el incendio. Cogieron los extintores aunque su valentía quedó mermada puesto que "las botellas carecían de presión y el agua de la manguera salía con poca fuerza". Ante estas afirmaciones, la directora aseguró que no tenía constancia de este problema surgido por lo que manifestó su sorpresa, "este trimestre se realizó una inspección de emergencias cuyo informe fue positivo". Otro de los datos que se desprende de los comentarios de los estudiantes y que la directora tampoco conocía fue que una hora antes de este conato de incendio ya se había producido otra pequeña combustión que fue controlada rápidamente.

Los bomberos dieron por extinguida la combustión a las 12.45 horas momento en que los alumnos pudieron volver a sus aulas para reanudar las clases, eso sí, regalando primero un aplauso de agradecimiento. Sin duda la situación que vivió ayer la comunidad educativa reemplazó cualquier preocupación del día ya fueran exámenes, notas o conflictos en el aula.