Aula. Los usuarios trabajan el equilibrio, la estimulación sensorial y la coordinación, entre otros aspectos - Gemma

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Experimentar, explorar, sentir, percibir, identificar o interiorizar. Estimular los sentidos, mejorar la calidad de vida, relajar o incluso hacer sonreír son algunas de las sensaciones y beneficios que perciben los usuarios de la nueva aula multisensorial de Maó.

La Fundació per a Persones amb Discapacitat ha puesto en marcha un nuevo espacio de rehabilitación y estimulación dirigido tanto a menores, jóvenes y adultos afectados por alguna discapacidad física o psíquica de carácter permanente como a personas mayores con disfuncionalidades físicas importantes o afectadas por algún tipo de demencia. Tras varios años de lucha por conseguir un espacio de estas características en Maó, el aula empezó a funcionar el pasado mes de mayo y tras ocho meses de actividad, ya cuenta con 40 beneficiarios. Pretende cubrir una gran demanda del colectivo afectado y aliviar la saturación que padecía el espacio de Ciutadella, único del que disponía la Fundació.

El objetivo de esta aula de estimulación es que los usuarios perciban todas las sensaciones que se obtienen a partir del propio cuerpo así como de la realidad exterior.

La sala está ubicada en el edificio anexo a las dependencias de los Servicios Sociales municipales, en la calle Cós de Gràcia de Maó.

El espacio, que cuenta con una superficie aproximada de 40 metros cuadrados, dispone de material diverso diseñado para estimular los sentidos primarios sin necesidad de una actividad intelectual elaborada y que permite a su vez poner a disposición del beneficiario un tiempo y un espacio para la exploración espontánea. Es así como los usuarios pueden fomentar la estimulación visual a partir de un cilindro de bolas de colores o de un proyector de luces que muestra diferentes paisajes naturales.

También pueden trabajar el equilibrio y la estimulación auditiva a partir de una cama de agua, estimular todos los sentidos con una cortina de fibra óptica, desarrollar la coordinación óculo-manual así como la movilidad a partir de una piscina de bolas de diferentes colores y tamaños, desarrollar el sentido olfativo con ejercicios de aromaterapia, trabajar el equilibrio en una hamaca o fomentar los juegos de fijación visual con tableros de reconocimiento de objetos, colores y formas.

Este proyecto ha sido financiado a tres bandas entre el Ayuntamiento de Maó, la Fundació per a Persones en Discapacitat y Obra Social la Caixa. La entidad bancaria aportó 12.000 euros a través de un convenio de colaboración rubricado con la Coordinadora de personas con discapacidad, entidad integrada en la Fundació. El Consistorio aportó otros 12.000 euros además de la cesión del local y de las obras de adecuación del espacio y, finalmente, la Fundació financió los 10.000 euros restantes.

Una de las fisioterapeutas de la Fundació, Yasmina Zuluaga, apunta que los usuarios obtienen muchos beneficios en el desarrollo de las capacidades auditivas, visuales, táctiles y sensoriales además de remarcar que las sesiones les aportan "felicidad y buenas vibraciones" lo que complementa satisfactoriamente las actividades de estimulación desarrolladas.

Las partes implicadas en el proyecto coinciden en señalar la importancia de promover convenios de colaboración dirigidos a las personas que más lo necesitan.