Trabajos. La población de Ferreries aguarda ansiosa la nueva carretera, que se espera esté operativa al finalizar el verano de 2011 - Cris

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La variante de la carretera general a su paso por Ferreries será construida por la Unión Temporal de Empresas (UTE) que forman Ferrovial Agroman y Concesiones y Contratas Illes Balears, S.L., sociedad esta última constituida íntegramente por capital menorquín. La mesa de contratación decidió ayer proponer la adjudicación del proyecto y la obra del desvío a Ferrovial-Illes Balears por un importe total de 21.324.448 euros (IVA no incluido), cifra que supone una rebaja del 23 por ciento sobre el presupuesto inicial.


El presidente del Consell, Marc Pons, y el conseller de Movilidad, Damià Borràs, dieron a conocer públicamente el acuerdo de la mesa, que será aprobado por la Comisión insular de Gobierno en una convocatoria extraordinaria prevista para la próxima semana. La elección de Ferrovial-Illes Balears se produjo tras analizar las propuestas que presentaban COPCISA-Climent Olives, Acciona-Melchor Mascaró y Dragados-Antonio Gomila y Juan Mora y considerar que las bajas ofertadas eran desproporcionadas y se arriesgaba la viabilidad del proyecto.


La propuesta de adjudicar la redacción del proyecto y su ejecución a Ferrovial-Illes Balears se tomó por unanimidad de la mesa de contratación.


Un proceso "riguroso"
El presidente Marc Pons, visiblemente satisfecho por la puesta en marcha de un proyecto tan esperado, aseguró que la variante es "la obra civil más importante que ha adjudicado nunca el Consell", a la vez que destacó que el proceso de adjudicación ha sido "riguroso y transparente". Añadió que se ha realizado un "exhaustivo trabajo técnico que responde a cada uno de los interrogantes" planteados en la obra, la más compleja realizada hasta ahora en la red viaria insular.


Aunque Pons consideró prematuro fijar un calendario concreto para los trabajos de la nueva carretera, el presidente confía que el inicio de la obra se produzca en Semana Santa y que la variante entre en funcionamiento al final del verano de 2011, ya que el plazo de ejecución del proyecto es de 16 meses.


Preguntado sobre posibles desviaciones presupuestarias como las que se han producido en la obra del dique de Ciutadella, que también realiza Ferrovial, el conseller de Movilidad, Damià Borràs, descartó cualquier "paralelismo" y declaró que el sistema seguido en la adjudicación de la variante, "de proyecto y obra" protege a la Administración. "Se trata de dos procesos radicalmente diferentes", señaló Borràs, ya que en el caso de la carretera "el proyecto y el presupuesto son responsabilidad únicamente de la empresa adjudicataria". "Todo error será exclusivamente imputable a la empresa", insistió el conseller, "no podrán alegar deficiencias en el proyecto porque lo han hecho ellos". El responsable de Carreteras añadió que los técnicos del Consell y la empresa contratada para supervisar la obra "vigilarán que no haya desviaciones de precio, plazos de ejecución y calidad" de los materiales y el desarrollo del proyecto.