"Cuando pintas te olvidas del mundo, estás solo con la pared"

¿Por qué motivo decidió instalarse en Menorca?
Vine en 2007 a buscar trabajo de temporada. Repetí al año siguiente y hace un mes decidí venir a vivir a la Isla. Me encantaron las playas y la calas, es todo muy tranquilo y tiene un color impresionante. Me gustaría quedarme unos cuantos años.

¿Cuándo surgió su afición por los graffitis?
Empecé en 1995. Por aquellos entonces los botes de spray no eran tan baratos como ahora, ni había las mil boquillas y presiones diferentes que hay hoy. Me interesé por su vinculación con el hip hop y el break dance. Recuerdo que cuando vi los primeros graffitis aluciné. Fue sobre el año 2000 y pico cuando me lo empecé a tomar más en serio.

¿Algún ejemplo de trabajo llamativo que nos pueda contar?
Pinté dos fachadas de la casa de la hija de los Tous. Es el trabajo de mayor dimensión que he realizado. En una pared me pidieron una selva con su tribu y un explorador en una cazuela y en la otra un ángel, una demonia y dos 'dimonis' pequeños que representaban a sus hijos. En general, lo que más me gusta pintar son las habitaciones de niños porque suelen pedir hadas, duendes, setas y cosas por el estilo.

¿Qué tiene de especial el graffiti?
Es arte urbano siempre que esté bien hecho. Es muy limpio y más fácil que el resto de pinturas. Cuando pintas te olvidas de todo, sólo existe la pared y tú, es placentero. Aquí en Menorca no he visto muchos graffitis, la verdad.

¿Cree que en las ciudades se aprovecha este tipo de arte?
La verdad es que las instituciones no suelen dar facilidades para la gente que pinta y lo hace bien, porque no es lo mismo una pintada que un graffiti bien hecho. En Granada sé que hay una ruta de graffitis y el Ayuntamiento la ofrece como una oferta turística más. Eso es una excepción porque en lugares que conozco parecía que había cierta apertura y lo cierto es que están multando cada vez más.