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Autoficha
Nos llamamos Sontaya Pullavan y Bernd Fechner y nacimos en Tailandia y Alemania respectivamente , aunque vivimos en Maó desde hace 33 años. Ambos hemos trabajado para el touroperador alemán Neckermann, motivo por el que llegamos a Menorca. Nuestras aficiones son la pesca, viajar y somos amantes de los animales.

¿Cómo fue su llegada a Menorca?
Fue por motivos de trabajo. Los dos trabajábamos para el touroperador alemán Neckermann. Siempre decimos que nuestra impresión con Menorca fue amor a segunda vista porque llegamos fuera de temporada y la Isla nos pareció oscura y sin vida. Después, una vez que llega el buen tiempo y empiezan los meses turísticos vas descubriendo sus encantos y puedes disfrutar de ellos. Estuvimos aquí cuatro inviernos promocionándola y en verano nos íbamos a otros destinos, como la Costa Brava o Egipto.

¿Cómo fue su etapa cuando promocionaban Menorca?
Bernd: Yo trabajaba como delegado de Neckermann y en aquel momento tenía 8.000 clientes. Acabé con 56.000 clientes sin gastar dinero público, a base de buen trabajo. La situación turística actual va de mal en peor. Los políticos deben cambiar el chip al cien por cien y empezar a moverse. No puede ser que el servicio que se ofrece en Menorca sea malo y caro. Hace mucho tiempo que se saben las necesidades del sector pero cada año nos ofrecen la misma mentira y eso nos perjudica a todos económicamente.

¿Cuándo deciden instalarse aquí?
Desde que llegamos la primera vez ya decidimos tener una residencia fija. En 1980 abrimos el Acuario del puerto de Maó. Un profesor de buceo de Benidorm nos había mostrado todo acerca del mundo submarino y decidimos poner en marcha algo relacionado con ello. Funcionó hasta que cayó una piedra del acantilado encima del local. Tuvimos que devolver todos los peces al mar. La verdad es que fue una etapa muy costosa porque nunca recibimos ayuda de ninguna institución pública cuando estábamos prestando un servicio educativo.

¿Qué ocurrió una vez que cierran el Acuario?
Siempre habíamos querido tener un restaurante tailandés. Tras siete años de obras y problemas, finalmente pudimos abrirlo. La cocina tailandesa es muy sana y variada. Utiliza hierbas y especias medicinales que hacen que los platos sean muy especiales y algo picantes. Las recetas son tradicionales pero se cambian algunos ingredientes para adecuarlas al gusto occidental.

¿Cuáles son sus planes de futuro?
Nos gustaría quedarnos aquí si nos diesen más facilidades y no nos pusieran tantas trabas porque da la impresión de que en esta Isla no se puede dar un paso sin que se te echen encima. Nos están haciendo imposible el simple hecho de conseguir el permiso de trabajo de una cocinera tailandesa. En Menorca se esfuerzan por ayudar pero en Palma parece que no son conscientes de lo importante que es ese permiso, algo que conllevaría crear tres puestos más de trabajo.