¿Cómo será el mar Mediterráneo a cien años vista? En semejante y complicada empresa se encuentra embarcado un equipo de investigación, comandado por el menorquín Damià Gomis, del Institut Mediterrani d'Estudis Avançats (IMEDEA). El objetivo no es otro que estudiar los cambios más probables en cuanto a la variación del nivel del mar, la temperatura y la salinidad del agua, o incluso avanzarse a calcular cómo la evolución de la emisión de gases del efecto invernadero puede influir en la formación de tempestades.
El IMEDEA, que es un centro mixto de investigación integrado por la Universitat de les Illes balears (UIB) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se está centrando en los efectos que los cambios en el Mediterráneo y la costa atlántica podrían tener en las zonas costeras españolas. La importancia del estudio, según explican desde la UIB, radica en la importancia de ver cómo el litoral se puede ver afectado, dado que buena parte de la economía se sustenta en la actividades que se realizan en el mismo.
No obstante, el proyecto permitirá también evaluar los correspondientes impactos físicos sobre los ecosistemas, tanto en las zonas costeras como de mar abierto. Explican los responsables del estudio que dicha información resulta esencial a la hora de elaborar previsiones o proyectos en ámbitos como los de la gestión ambiental, la ecología marina o el diseño de infraestructuras de la zona costera.
Global y regional
Cabe señalar que a nivel mundial ya se dispone de resultados de investigaciones similares, como las llevadas a cabo por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) o la Organización Meteorológica Mundial. Sin embargo, aunque dichos datos son muy fiables a nivel global, los expertos hacen hincapié en la necesidad de estudiar los entornos de ámbito regional para planificar proyectos de actuación específicos para cada lugar. Se trata de un factor, según explican, de especial importancia en el caso del Mediterráneo, al tratarse de un mar que depende en buena medida de procesos a pequeña escala, como podrían ser los intercambios a través del estrecho de Gibraltar.
Previsiones
Los autores del proyecto de investigación ponen el siguiente ejemplo. Señalan que el nivel del mar está aumentando de forma global a un ritmo de dos milímetros por año, y en ese sentido los modelos climáticos predicen que dicho ritmo se acelerará durante el presente siglo. Según el IPCC, cabe la posibilidad de que a finales de este siglo el nivel del mar pueda aumentar entre 20 y 90 centímetros respecto a ahora. No obstante, no se espera que dicho crecimiento sea uniforme en todo el planeta, sino que dependerá de los cambios que se produzcan en la atmósfera regionalmente y en la circulación de las corrientes marinas.
Los efectos
Hacen especial hincapié los investigadores del proyecto en que las variaciones de temperatura o de nivel del mar tienen un impacto medioambiental y socioeconómico importante. En el caso de la temperatura, los riesgos están relacionados con el impacto sobre los ecosistemas, como por ejemplo, las migraciones de los bancos de peces o la mortalidad de especies que no puede migrar con rapidez, como podría ser el caso de la posidonia. Ya en lo que se refiere al nivel del mar, el principal problema está relacionado con la posible alteración en la distribución y naturaleza de los fenómenos extremos.
Finalmente, cabe recordar que los resultados obtenidos y su aplicación están sujetos a algunas incógnitas. El principal problema es que los investigadores están obligados a trabajar con diferentes hipótesis sobre el comportamiento de la humanidad durante el presente siglo en relación a la emisión de gases de efecto invernadero.
El nivel del agua creció menos en el Mediterráneo que en el resto
Según la información que maneja el Institut Mediterrani d'Estudis Avançats, diferentes estudios confirman que durante la segunda mitad del siglo XX el nivel del mar ha subido menos en la zona mediterránea (1,2 centímetros en 40 años) que de forma global (6 centímetros en el mismo periodo de tiempo).
A la hora de buscar las causas, se atribuyen a que la presión atmosférica sobre el sur de Europa ha aumentado significativamente y al efecto provocado por el aumento de la salinidad.
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