Maó. Once personas trabajan en las instalaciones de la carretera Me-14, cerca de POIMA IV Fase - Javier

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"Compres, llences i nosaltres reciclam". El lema preside el vestíbulo de la TIV, la planta de tratamiento de residuos voluminosos de Menorca que es a la vez la primera empresa de inserción de Balears. Cuatro palabras, resumen del espíritu de la exposición de objetos hechos con material reciclado que recibe al visitante, del espíritu de un proyecto que se materializó justo hace ahora un año y que se enfrenta a un reto crucial, el de consolidar su viabilidad empresarial y culminar los procesos de reinserción a los que sirve la planta.

"Ésta es una herramienta que, hasta hace un año, no existía. La empresa de inserción es el último paso. A diferencia de otros recursos, como los talleres Mestral, aquí sí que se crea una relación laboral, lo que permite al usuario finalizar todo un proceso que le aleje del riesgo de exclusión", explica Rodrigo Carreño, gerente de la planta TIV, a quien complementa Antònia Florit, secretaria general de Caritas Diocesana de Menorca, entidad impulsora de la planta.

"Tanto un taller como la TIV dan una garantía de inserción, pero aquí se complementa con la experiencia que supone una relación laboral y con una especialización muy importante por lo que respecta al ámbito de la gestión de residuos", detalla Florit, para quien se impone la necesidad de trabajar para que la labor que se desarrolla en la planta sea lo más sostenible posible y tenga continuidad en el tiempo.

Y es que tras un año de rodaje, la TIV se enfrenta a nuevos retos. Por un lado, el de posicionarse a nivel comercial, lo que implicaría aumentar el número de instituciones y empresas que confían en los servicios que presta la planta. "Nuestros principales clientes son los ayuntamientos, los clientes privados suponen un porcentaje todavía pequeño en nuestra facturación y tenemos que captar más, para lo que estamos preparando una campaña de difusión", afirma Carreño.

Por otro lado, la TIV tiene que comenzar a establecer alianzas con el tejido empresarial con la vista puesta en la "normalización" laboral de sus trabajadores. "En una empresa de inserción como la TIV los trabajadores pueden estar contratados durante un tiempo limitado, tres años. Están siguiendo un itinerario de inserción, en el que hay tareas de intermediación y seguimiento, pero este itinerario debe concluir con su retorno al mercado laboral", argumenta el gerente de la planta.

Así las cosas, la TIV de Menorca inicia su segundo año de vida ilusionado por la posibilidad de captar nuevos clientes y conseguir que empresarios menorquines contribuyan a consolidar el proyecto de una planta de residuos, cuya labor se despliega no sólo en favor de la protección del medio y la utilización responsable de los recursos, sino también y, sobre todo, en favor del recurso más valioso, el humano.