Los dirigentes del PSM-Verds se mantienen firmes en su postura de romper el pacto de gobierno con el PSOE en Sant Lluís si no se retira el contencioso interpuesto contra el Consell. - Gemma

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Los dirigentes de PSM-Verds se mantienen firmes en su exigencia al PSOE de Sant Lluís de que retire el contencioso presentado contra el Consell antes del día 26, fecha límite fijada por los nacionalistas para reconducir el pacto de gobierno o darlo por extinguido.

La secretaria general del PSM, Antònia Allés, el miembro de la Ejecutiva, Joan Lluís Torres, y el dirigente del partido verde, Josep Suárez, han afirmado hoy que el plazo no se modificará por la petición pública del alcalde socialista de Sant Lluís, Llorenç Carretero, de más tiempo para analizar las consecuencias jurídicas o económicas de retirar el pleito.

Torres ha asegurado "compartir" con el PSOE el argumento de que las prescripciones han sido superadas, con la adaptación de las Normas Subsidiarias de Sant Lluís al Plan Territorial Insular, al igual que la necesidad de realizar un análisis jurírico, pero "no me parece bien que necesiten 60 días ni que hayan tenido que esperar a 2010, cuando ha salido a la luz pública que el caso aún sigue abierto", ha declarado el político del PSM.

Por su parte, la consellera y dirigente de la formación, Antònia Allés, ha manifestado tener "una tranquilidad total" en relación a la posibilidad de que la propiedad del Binibeca Club Hotel se querelle contra ella, ya que "hay un contencioso ganado" sobre las prescripciones a las Normas Subsidiarias, "y una sentencia que dice que la votación fue correcta". Además recordó que una hipotética querella "debería ir en contra de todos los consellers que votaron".

Allés y Torres han realizado estas declaraciones durante una rueda de prensa ofrecida para explicar sus argumentos de cara al próximo debate de política general en el Consell, que se celebrará el lunes día 19, y en el que se centrarán en la necesidad de regenerar la política, dado el clima de corrupción que se vive en Balears, y de mantener el modelo territorial de Menorca, que ha salvado -aseguran-, la Isla de la especulación y de verse salpicada por las corruptelas que afectan al resto del archipiélago.