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"Ahora tenemos un interlocutor, antes no. El Govern ahora nos escucha". De esta manera explicaba la consellera insular de Economía y Medio Ambiente, Antònia Allès, el hecho de que, después de años de controversia, ambas instituciones hayan llegado a un acuerdo sobre el modo de combatir la plaga de Lymantria dispar, la famosa lagarta peluda de las encinas.

El entendimiento ha venido propiciado por la salida de UM del Govern hace unos meses. El movimiento político propició que la Conselleria de Medio Ambiente cambiara de manos, pasando de UM a PSM. La coincidencia política ha propiciado un rápido acuerdo. Es la prueba de que el problema no era de divergencias entre los técnicos, como se dijo en algún momento.

El sistema consensuado entre ambas partes contempla una acción aérea limitada a un máximo de 400 hectáreas, siempre en zonas que el director general de Biodiversidad, Vicenç Vidal, definió como "de conflicto social", es decir, aquellas con una incidencia en la vida de las personas. Además se sustituye la habitual sustancia aplicada, el Diflubenzurón, por una más ecológica, menos agresiva e igualmente efectiva, siempre según el propio Govern, como es el Bacillus thuriniensis var Kurstaki. Cabe recordar que en 2008 se llegaron a fumigar por aire más de 2.000 hectáreas de encinar, sobre las 5.441 que hay actualmente en la Isla. El año pasado se fumigó desde tierra, aunque se anunciaron acciones aéreas para este año.

La actuación ante la plaga de esta oruga generó en los últimos años un importante enfrentamiento dialéctico entre Consell y Govern, ya que el primero se oponía a las actuaciones, a su entender demasiado agresivas, que empleaba la Conselleria de Medio Ambiente. Asociaciones como el GOB o ASEFOME también participaron en la polémica. El tema incluso fue motivo de debate parlamentario.

Este año, en principio, parece que no va a haber tanta polémica. Tanto Allès como Vidal, y el director insular de Medio Ambiente, Raül Escandell, aseguraron ayer que el plan de actuación había obtenido en una reunión celebrada por la mañana el visto bueno de los diferentes sectores afectados. Comentaron, incluso, que la asociación de propietarios de la zona de Sa Roca había reclamado que no se actuara por aire en la zona de este espacio boscoso que está habitada, algo que se contemplará.

El plan de intervención consensuado entre Consell y Govern contempla una mayor actuación manual, con la contratación de ocho personas a través del SOIB que llevarán a cabo durante seis meses la retirada manual de orugas y puestas de huevos.

Allès comentó que la voluntad de las instituciones es realizar una intervención continuada, sin alarma social ni ataques puntuales a la oruga, incluso con acciones de prevención de cara a 2011. La previsión es actuar por vía aérea sobre las zonas en las que sea imprescindible, aunque siempre en función de la demanda, de lo que requiera la situación, con una evaluación constante del desarrollo de la plaga por parte de los técnicos. También se incrementa el número de trampas de feromonas que se colocarán y se favorecerá la reproducción de los depredadores naturales.

Otras novedades son la posibilidad de actuar en zona agrícola, algo que en años anteriores también había generado problemas competenciales entre administraciones, el desarrollo de más proyectos de investigación sobre la plaga y la habilitación de un número de teléfono para afectados (900151617).