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Concha Velasco (Valladolid, 1939) no requiere presentación. Un diez como actriz, una de las grandes con una calidad humana excepcional. Contagia entusiasmo y ganas de vivir. No son habladurías, la gran dama de la escena es buena gente y no tiene miramientos a la hora de comerse sus proyectos a bocados. Este sábado recala en el Teatre Principal de Maó con "La vida por delante". Dos intensas funciones, -a las 18 y a las 22 horas-. Teatro del bueno de la mano de un equipo de triunfadores dirigidos por Josep Maria Pou.

Ante todo enhorabuena por "Rabia", triunfadora en el Festival de Cine de Málaga. La Biznaga de Oro llega en el momento idóneo.
Muchísimas gracias pero a quien hay que felicitar es al director Sebastián Cordero que ha hecho una película magnífica con un tema tratado con un pulso estupendo. El resultado ha sido tan bueno que es una de esas películas que cuando sales del cine quieres volver a ver.

¿Cómo es trabajar con Cordero?
Al principio fue difícil porque necesito un tiempo para estudiar y leerme los guiones y Sebastián es muy meticuloso, pero a los dos días de hablar con él me di cuenta del enorme talento que tenía y me puse en sus manos. Ha sacado de mí matices que ni yo misma conocía. Interpreto a la señora Torres que forma matrimonio con Xabier Elorriaga. Ambos no saben lo que ocurre en su casa... pero no quiero avanzar más de la historia porque hay que verla, es maravillosa. Me sorprende el triunfo de "Rabia" porque en el certamen de Málaga gusta mucho la comedia. Y a la salida de la gala me ofrecieron una serie para televisión, con lo cual Málaga para mí es estupenda.

¿Puede avanzar algo de su nuevo proyecto televisivo?
No, pero estoy muy contenta. Es una oferta que me ha gustado tanto que me parece que no me voy a poder jubilar...

Supongo que doble alegría porque para usted el Festival de Cine de Málaga es un escenario muy especial.
Sí. Allí fui homenajeada hace dos años y fue entonces, precisamente también a la salida de la gala, cuando me ofrecieron la oportunidad de hacer esta película. En Málaga tuve un reconocimiento precioso dirigido por Gerardo Vera. Además estuve acompañada por todos mis compañeros y mi familia. Entonces mi nuera estaba embarazada de ese nieto tan maravilloso que tengo ahora y, por si fuera poco, me entregó la Biznaga de Oro Antonio Gala.

Por la "La vida por delante": Madame Rosa ¿es uno de aquellos personajes que siempre quiso hacer?
La verdad es que no. Me leí la novela de Romain Gary, "La vie devant soi", cuando ganó el premio Goncourt. Entonces me encantó, era la época en que nos atraía mucho la literatura y el cine francés. Conocía muchísimo la obra pero no era un papel que pensara hacer, lo que pasa es que al estrenarse hace tres años su versión teatral en París me animó mucho que la actriz que la protagonizó fuese guapísima y capaz de meterse en la piel de Madame Rosa, una mujer destruida, una prostituta con todas las enfermedades habidas y por haber que ha estado a punto de morir en Auschwitz y que vive de cuidar a niños marginados y sin papeles. El ver que aquella actriz era capaz de hacer el papel me empujó a afrontar el reto de Madame Rosa.

Sin embargo, tengo entendido que lo pasó muy mal en los ensayos.
Es que a veces los directores no me ven capaz de hacer determinados personajes, incluido Josep Maria Pou. En mi día a día me visto a mi aire y creo que Pou al verme en la lectura, ahí tan mona con mis tacones con plataforma, debió de pensar "uy, ésta no va a querer ser Madame Rosa", tuvimos dos semanas de rifi-rafe, pero luego me ganó porque es muy inteligente. Necesito trabajar con directores que sepan más que yo, cuando me doy cuenta de que saben más entonces me tienen a sus pies. Así es como estoy con Pou, ¡a sus pies!, ¡como un felpudo me tiene! (ríe).

Pero si a nivel interpretativo usted es muy camaleónica...
Sí, pero cuando trabajo con un director por primera vez pues no se lo cree, ¡ya ves! Y no te digo nada con la serie "Herederos" donde cambiábamos de director cada semana. Cada vez que llegaba uno nuevo me contaba cmo debía ser el personaje de Carmen Orozco para él. ¡Qué sufrimiento!, ya lo decía mi abuelo "para gozar hay que sufrir mucho..."

¿Es muy dura la vida de actriz?
¡Qué va! Duro es el trabajo del minero o del albañil, o la vida de los parados... cuando se tiene una vocación como la mía desde niña para mí representa el oxígeno. Cuando entro en el camerino sé que no me va a pasar nada, y eso que tengo claustrofobia. Piso el escenario y se me pasa. El director Ricardo Franco decía: "Concha es tremenda, la subes a la Torre de Madrid y le dices ¡acción! y se tira..." Me encanta mi trabajo, aunque a veces sea duro. No me quejo, vivo muy bien y me gusta lo que hago.

¿Por qué deberíamos ir a ver "La vida por delante"?
Porque el teatro tiene muchas misiones. Informar, divertir, emocionar y no aburrir. No se le puede permitir a un director ni a un actor que estropeen un texto con pausas innecesarias o metiendo en la obra cosas que no existen. "La vida por delante" es una función de obligado cumplimiento por lo que se cuenta y por cómo se cuenta.

Cine, teatro y televisión. Nunca le falta trabajo, ni tiempo ¿cómo se mantiene al pie del cañón?
Organizándome muy bien. Soy una persona que a veces cae mal porque soy muy disciplinada. Sé que el día tiene 24 horas, pero procuro que tenga más y me da tiempo a todo. Soy de las que duermo y cuando me levanto empiezo ya a correr por el pasillo, y los demás me parece que andan a cámara lenta. Ya desde pequeña he sido una marilisti ¡qué le vamos a hacer!. Soy hija de un militar y de una maestra, y de Valladolid, y eso por lo visto imprime carácter.

Por si fuera poco este año es finalista de los Max con Madame Rosa.
No me lo recuerdes que ya queda poco para la gala, es este lunes. Aunque sé que no me lo van a dar porque hay dos grandes actrices junto a mí, Blanca Portillo y su Hamlet y Rosa Maria Sardà con su Poncia en "La Casa de Bernarda Alba". Es la primera vez que me nominan y sólo con ello ya estoy contenta. Ya me he comprado un vestido para la ceremonia, eso es lo primero que hago, comprarme un vestido por si acaso...

Madame Rosa le está dando muchas satisfacciones, desde que están de gira ponen al público en pie.
Sí, es que el texto de "La vida por delante" es maravilloso y está muy bien dirigida por Pou. También hay que destacar el trabajo de mi compañero Rubén de Eguía (Momo) que es extraordinario. La obra es prácticamente un mano a mano entre los dos. El director de fotografía; Carles Canut, que interpreta al médico; y la empresa Focus también están nominados a los Max, así que, figúrate lo que hay en "La vida por delante".

Éste es su año.
2009 fue aun mejor. Entre otros reconocimientos, me dieron la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Aparte de que me los merezca o no, creo que me dan los premios porque lo jaleo todo mucho, lo disfruto al máximo. Pongo mis premios en el mejor sitio de mi casa. Detesto a la gente que dice que tiene un Óscar en el cuarto de baño, me parece un insulto. Es una vanidad estúpida. En mi casa tengo un Óscar de mis hijos que pone "Óscar a la Mejor Madre" y lo tengo al lado de mis mejores galardones. Lo otro me parece de gente que no valora su trabajo y que desprecia olímpicamente el reconocimiento que le hacen.

54 años de interpretación a sus espaldas y la vida aún por delante...
Bueno a mis 70 años la vida más bien ya la tengo por detrás (ríe). Soy consciente de que me queda poco tiempo de lucidez para salir a un escenario y esa fuerza que transmito algún día se acabará pero mientras dure seguiremos...

Los espectadores no queremos creernos que un día se acabará.
Lo bueno de esta profesión, sobre todo en el teatro, es que te permite envejecer dignamente, sin hacer papeles de niña y sin tener que operarte de estética para que te contraten. Al revés, en España los directores rechazan las operaciones de estética porque te cambian la cara y te convierten en una cosa absurda que no se sabe muy bien qué es, pero bueno allá cada uno.

¿Para cuándo un proyecto junto a su hijo Manuel?
Manuel es el único al que le ha perjudicado tener una madre famosa. A veces le digo que se ponga una peluca y se cambie el nombre porque tiene mucho talento y sé que algún día hará una película. Haría cualquier cosa por él, incluso fregar el escenario, lo que él quisiera. Todo menos de actriz, para no estropear su trabajo.