Apertura. Dirigentes locales, autonómicos y estatales abrieron las puertas de la ruta - Javier

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Ayer se inauguraba, seis años después que se empezaran las obras, la séptima de las rutas cicloturísticas de Menorca. Se trata del camino antiguo hacia Biniancolla que une la carretera de Sant Lluís-Alcalfar, con la marina de Biniancollet, cerca del hotel Sur Menorca.

El alcalde de Sant Lluís, Llorenç Carretero, justificó este retraso por las obras que ha tenido que realizar desde 2004 el Instituto Balear de Saneamiento (IBASAN) para la canalización del agua que va a la depuradora de Biniancolla. La ejecución del proyecto ha requerido un presupuesto de 480.000 euros con los que se han adaptado 2,6 kilómetros del antiguo camino a las necesidades de turistas que quieran recorrerlo tanto a pie, como en bicicleta o a caballo.

"Se ha allanado el suelo con la lógica del terreno rústico y se han modificado los márgenes para que no se inunden cuando llueve", comentó Carretero. Además, prosiguió, se han hecho pasadores en las paredes laterales para que "los animales puedan cruzar de un lado al otro del camino y para que el agua, en caso de lluvia intensa, también pueda salir con mayor facilidad del camino".

Las obras han servido también para colocar bancos de hormigón con el objetivo de que en puntos estratégicos de la ruta "los turistas puedan disfrutar de las magnificas vistas que se esconden en el camino".

Vicent Torres, director general de Promoción Turística, subrayó la importancia que adquiere esta ruta, no sólo por su capacidad de atracción de visitantes y de los propios menorquines, sino también "porque en ella se desarrollan actividades que contribuyen a la desestacionalización del turismo".

Otro de los detalles que se destacaron en la inauguración fue el hecho de que el sistema de riego que nutre los árboles de las zonas de descanso se sirve de agua de la depuradora, agua a la que se accede con una tubería que vertebra todo el camino.

Se han mantenido elementos genuínos de este tipo de rutas, como las barreras de acebuche ("portes d'ullastre"), de las que se han hecho unos 50 ejemplares.
Si bien, el mayor trabajo, según Carretero, ha sido con la "recuperación de pared seca".