Anna Maria Pons - Archivo

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La segunda teniente de alcalde del Ayuntamiento de Ciutadella, Anna-Maria Pons Capella, ha devuelto al partido las delegaciones de Policía, Gobernación, Movilidad y Protección Civil, que ha venido gestionando hasta la actualidad. Según ha podido saber "Es Diari", Pons Capella devolvió las delegaciones durante la última reunión celebrada por la Ejecutiva Local del PSOE el pasado 10 de mayo, y las puso a disposición del partido. La dirección del PSOE deberá decidir en los próximos días si acepta o no la renuncia de la concejala a seguir desempeñando estas competencias, y en qué condiciones. Pese al espeso muro de silencio impuesto desde la cúpula del partido, cualquier escenario, en este momento, parece posible. La decisión de Anna-Maria Pons, que es, además, la secretaria de Participación del PSOE-Ciutadella, no sorprende, si se tienen en cuenta los últimos desencuentros mantenidos con la alcaldesa y secretaria general del partido, Pilar Carbonero, y con parte del propio grupo municipal del PSOE. Interpelada por este periódico al respecto, Anna-Maria Pons no quiso soltar prenda y declinó hacer cualquier comentario. La concejala ni confirmó ni desmintió la información, que, por otro lado, ha podido ser verificada por este periódico por diversas fuentes.

Es casi un secreto a voces que Anna-Maria Pons -que no quiso responder tampoco a este diario sobre si medita o no la dimisión- se siente cada vez más incómoda con sus propios compañeros de grupo, pese a lo cual recibió hace unos días el espaldarazo de los afiliados del partido, que decidieron que el partido hiciera, de algún modo, público su apoyo a la edil en las negociaciones que el Ayuntamiento ha mantenido con los sindicatos sobre el reglamento de la Policía. Anna Pons se ha sentido desautorizada por la alcaldesa en otros temas, como las negociaciones con los taxistas de Ciutadella, donde la concejala ha tenido las manos atadas a la hora de actuar con contundencia para hacer que se respete el cuadrante de guardias obligatorias; la ordenanza de ocupación de la vía pública, que se ha visto obligada a posponer sine die a petición de Pilar Carbonero; o la ordenanza municipal de ruidos y vibraciones, cuya tramitación se ha llevado a paso lento, en contra del parecer de la ex edil de Gobernación, que quería imprimir otro ritmo al expediente.