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El 7 de agosto de 1932 quedó constituida la sociedad Fomento del Turismo de Menorca, aunque con anterioridad a esta fecha una comisión organizadora, integrada por don Domingo Estrada del Pilar, concejal comisionado por el Ayuntamiento de Maó, y los señores Cotrina Ferrer (presidente del Ateneu), Terrés Coll (presidente de la Cámara de Comercio), Bisbal Cuchi (presidente de la Unión Comercial e Industrial), Bustamante (propietario-director del Hotel Bustamante) y Hernández Sanz (presidente de la Comisión de Monumentos Históricos) habían estado trabajando para dar forma y contenido a la idea de contar en la Isla con una sociedad que pudiera dar respuesta a las necesidades de información y asesoramiento a aquellos viajeros que recalasen en Menorca. Era adelantarse en el tiempo y constituía un hecho de gran valor histórico que demuestra la personalidad y valía de aquellos visionarios que intuyeron la importancia del turismo.

Don Juan Gomila Borrás fue el primer presidente, cargo que actualmente ocupa Nicolás Bordoy Riera, aunque el hoy del Fomento del Turismo, no es tan esperanzador como en sus primeras singladuras, hoy su estado es de hibernación.

El que digamos que eres burgalés, de Aranda de Duero concretamente, causará un cierto revuelo porque en Maó todos creíamos que eras mallorquín.
Es cierto, todo el mundo cree que soy mallorquín pero no, soy de Burgos, aunque me considero menorquín porque vine a la Isla con tan sólo tres años de edad.

Consecuentemente tus estudios los iniciaste aquí.
Efectivamente, primero en el colegio público de la calle de San Juan y seguidamente en el antiguo Colegio de los Hermanos de La Salle, ubicado en la calle del Carmen.

Y enseguida comenzaste a trabajar de ahí que tu currículum sea largo y variado.
Sí, a los 12 o 13 años empecé a limpiar vasos en el Bar Viena, luego estuve trabajando, durante dos años, en el Pigalle, con Juan Doblado, para posteriormente hacerlo en Sésamo y Poppins, en donde trabajé 12 años; mi siguiente paso fue abrir el Bar Boanta, en la calle San Manuel, siendo éste mi primer establecimiento propio.

Sin embargo sigues buscando nuevos horizontes.
Pues sí, me marché a Barcelona en donde estuve por espacio de dos años trabajando en la Cafetería Colón, en la Plaza de Cataluña, pero la "mili" me obligó a regresar a casa y una vez finalizada volví a la Ciudad Condal, etapa de nueve años, muy importante para mí porque trabajé junto a Jaime de Mora y Aragón que era el relaciones públicas de la coctelería de la que yo, durante los años 77 y 78, fui el encargado; posteriormente regresé a Maó, sin tener trabajo, pero confiado en que pronto subsanaría tal circunstancia.

Y así fue.
Sí y sin excesivos problemas, entré a trabajar en el S'Algar Hotel, en el que estuve, como encargado de dos sectores, durante cinco años… hasta recalar aquí, en los Apartamentos Royal.

De tu largo recorrido profesional, ¿qué destacarías?
Mi etapa en la Terraza Martínez, ubicada en el Paseo de Gracia; era una cadena muy importante y allí adquirí mucha experiencia; también recuerdo muy especialmente los años en que trabajé junto a Jaime de Mora, un auténtico caballero, con el que siempre mantuve una excelente amistad hasta que decidió marchar a Málaga, a la Costa del Sol.

También te recuerdo como jugador de hockey sobre patines.
Me lo imagino porque jugué bastantes años en el equipo de la Escuela de Patinaje de la Unión Deportiva; a decir verdad el hockey era el deporte familiar.

Trabajaste duro y con mentalidad de futuro, pero ¿cómo llegaste a la presidencia del Fomento del Turismo?
Estas cosas vienen paso a paso, no es llegar y besar el santo; la CAEB organizó, dentro de su propia estructura, una sección de restauración y yo fui elegido como vicepresidente, siendo mi gran batalla conseguir dar a los futuros profesionales del sector una formación básica importante, para poder ofrecer a los clientes -turistas y no turistas- un buen servicio, objetivo que en parte se logró, tras "pelear" denodadamente, gracias a los cursos que hoy se imparten en el Instituto Maria Àngels Cardona, de Ciutadella, que yo siempre he considerado similar a lo que se venía haciendo en la antigua "Escola de Maestria", pero con otras especialidades.

Sin embargo yo diría que aspiras a más, que quieres dar un paso más.
Así es, aspiro a que Menorca cuente con una Escuela Oficial de Hostelería, algo que en estos momentos considero una necesidad y una urgencia.

¿Ventajas?
Muchísimas, desde la formación de los alumnos hasta el poder estudiar durante nueve meses, no sólo seis que actualmente dedican al estudio ya que los "interrumpen" para poder aceptar un puesto de trabajo con el que cubren sus necesidades digamos vitales; sin embargo, quiero manifestar que tanto el instituto de Ciutadella, el Maria Àngels Cardona, como la Escuela de Turismo, están realizando una labor encomiable, digna de ser reconocida; incluso ambos han ampliado sus ofertas de estudios de una forma positiva.

Volvamos a lo de la presidencia del Fomento.
Cuando Águeda Cardona, persona con una gran experiencia y una visión muy positiva del turismo, accedió a la presidencia del Fomento yo me incorporé a su Junta y cuando ella dimitió fui elegido presidente, con un 99 por ciento de votos lo que me supuso una gran satisfacción en el plano personal y aquí estoy.

¿Qué destacarías de estos años en que el Fomento ha vivido con especial intensidad?
El primer año fue de una gran lucha para evitar que el Fomento del Turismo desapareciera porque, entre otras cosas, considero que con sus más de 75 años de vida tiene algo o mucho que decir pero las cosas se pusieron difíciles aunque no cejamos en nuestro empeño y ahí seguimos empeñados en nuestra trabajo; hoy cuenta con oficina y personal propio aunque su estado más bien es de hibernación, a la espera de tiempos mejores en que se den otras expectativas.

Trabajo que realizáis "a pecho descubierto".
Desde luego que sí porque no tenemos ningún tipo de subvención, todo depende de las cuotas de los socios y poco más, porque el Consell ha apostado por la Fundació Destí con lo que nuestros ingresos son muy limitados.

Dentro de este mundo los conceptos esenciales han cambiado, hoy el turismo se mueve a otro ritmo. ¿Es como digo?
Lo es, hoy no es un turismo planificado sino un turismo de oportunidades lo que hace que cada minuto sea diferente, incluso nuevo; además podemos afirmar que un 60 por ciento del turismo europeo no compra sus vacaciones porque les guste el destino sino que aprovecha las oportunidades de lugar y de precio que van apareciendo; es cierto también que hay un 40 por ciento del mercado turístico que es fiel a los destinos que ya conocen y que les han satisfecho, éste es el porcentaje de turismo que repiten.

Además de este factor, el de las oportunidades, ¿existen otros elementos a destacar?
¡Claro que los hay! Antes el "pastel turístico" prácticamente se repartía en cuatro partes, es decir, cuatro destinos, Italia, Francia, Canarias y Balears. Hoy los destinos se han multiplicado, desde la costa mediterránea del norte de África hasta llegar a Australia existen por doquier, con ofertas tan variadas que lo difícil es elegir y aquí, en Menorca, hemos vivido de espaldas a esta realidad e ignorando la importancia de esta industria lo cual nos ha llevado a cometer muchos errores y no saber vender adecuadamente el producto, es decir, Menorca, de ahí que manifieste que es prioritario determinar la clase de turismo que queremos y luego trabajar, todos, en la misma dirección.

Al decir todos te refieres a…
A todos, desde el menorquín de a pie hasta las administraciones, tanto locales como insulares, sin olvidarnos del Govern balear ni del central, porque en este "producto" está el futuro de nuestra Isla y todos, queramos o no, vivimos directa o indirectamente del turismo.

Joan Melis, presidente de ASHOME, en este mismo periódico manifestó textualmente que: "el actual modelo turístico de Menorca está agotado". ¿Lo ves así?
Indiscutiblemente es como dice; no hay vuelta de hoja, nuestro actual modelo turístico no es el adecuado a la demanda que exige el cliente; hay que renovarse y luego acertar en "vender el producto"; sin embargo tampoco es bueno improvisar sino diseñar una propuesta adecuada a nuestras posibilidades y que al propio tiempo sea "tentadora" para el cliente.

Es como decir que debemos incidir en nuestras peculiaridades.
Efectivamente, nuestra historia, nuestra cultura, nuestra forma de ser y actuar… todo lo que hace que Menorca, que siempre fue tierra de acogida, sea un destino diferente.

Hay un tema que suena a tabú, me refiero al golf. ¿Deberíamos incidir en esta oferta?
El potencial que genera el golf es, para la mayoría de menorquines, el gran desconocido y, junto a otros segmentos merecería una planificación más ajustada a la realidad y a la demanda; si queremos que los hoteles se llenen hemos de apostar por una clase de turismo cuya oferta cubra el más amplio abanico de posibilidades. El ignorar determinadas cuestiones tales como el correcto mantenimiento de las urbanizaciones, o de cualquier otro aspecto, es perjudicial porque el turista quiere encontrarse no solo con algo diferente a su entorno cotidiano sino con aquellas comodidades a las que está acostumbrado.

Hablas de otros aspectos que, interpreto, deberían ser no solo aprovechados sino debidamente "mimados". ¿A cuáles te refieres?
A muchos; el encanto de los pueblos del interior de la Isla, como pueden ser Es Migjorn, Es Mercadal o Ferreries son prácticamente desconocidos por los turistas, como lo es nuestro maravilloso coliseo, el Teatre Principal… excursiones guiadas, ofertas programadas con actuaciones puntuales y mil cosas más que en otros destinos se ofrecen aquí están poco explotadas; Ciutadella, con su Catedral y sus casas señoriales, además de sus plazas y calles del casco histórico merecen otro tratamiento. En Mallorca supieron montar todo un entramado turístico-comercial en torno a las cuevas de Andratx, aquí esto es inimaginable… en cualquier ciudad más o menos turística que se precie existe un servicio de autobús descubierto que recorre aquellas zonas más atractivas, aquí también podría existir aunque posiblemente tuviéramos que recurrir a mini-buses.

También me has hablado del legado histórico-cultural que tenemos en el "frigorífico", al igual que nuestra gastronomía, ¿crees que también podríamos incidir en ello?
La oferta ha de ser lo más amplia y variada posible porque no todos los turistas son iguales; lo importante es sumar, desde el senderismo -Camí de Cavalls- hasta una ópera en el Teatre Principal con una gama intermedia apropiada y planificada convenientemente; hay ciudades que de un simple mercado artesanal, con productos elaborados con los métodos tradicionales, consiguen crear un entorno que les convierte en imprescindibles, por ello digo que no hay que improvisar sino ofrecer alternativas que puedan ser del agrado de nuestros visitantes.

Volviendo a una de tus demandas, a la Escuela Oficial de Hostelería. ¿Ves posible que llegue a convertirse en una realidad?
Te he dicho que para mí es una necesidad y una urgencia de ahí que mi respuesta, desde el optimismo, sea positiva; estuvo a punto de convertirse en realidad, fue en la etapa en que Joana Barceló asumió, siendo presidenta del Consell, la competencia de Turismo pero, pienso que no fue vista, desde Palma, con buenos ojos; fuera por lo que fuere seguimos sin ella y yo seguiré insistiendo para que se convierta en realidad.

Concretamente, ¿por qué?
Porque precisamos de personal competente, preparado y especializado; personal que responda profesionalmente a las demandas de nuestros clientes, personal que recupere nuestra peculiar forma de ser y de tratar a los turistas, que "sepa sonreir"…repetiré que Menorca siempre ha sido tierra de acogida y el particular "caliu" de nuestra gente dejó huella entre quienes nos visitaban; recobrar los valores de siempre es algo muy necesario.

Interpreto que a pesar de tus demandas para solventar nuestras carencias, tu actitud es totalmente positiva, ¿me engaño?
No, no te engañas; siempre he sido partidario de trabajar en equipo, hoy esta aptitud es imprescindible, por ello te he dicho que una vez hayamos decidido el "proyecto", todos debemos trabajar en la misma dirección para conseguir llegar a buen puerto.

Crisis va, crisis viene, ¿te acongoja?
Más bien diría que me preocupa; desde luego nuestros nietos, puede que incluso nuestros hijos lo tengan más difícil de lo que lo tuvimos nosotros, pero con trabajo y mucho esfuerzo, saldrán adelante.

De todo este "embrollo", ¿alumbraremos un mundo mejor?
Sería lo deseable, un mundo mejor, más justo, más solidario e incluso más feliz.

Y en estos momento, tras un largo recorrido de trabajo y lleno de vivencias, ¿qué le pides a la vida?
"Feina per a tots"… desde mis orígenes en una familia trabajadora, que nunca se ha echado para atrás, creo que la humanidad sería más positiva si todos compartiéramos un trabajo con el que pudiéramos sentirnos realizados.

Poco que añadir a lo manifestado por Nicolás Bordoy Riera, porque él ha sido lo suficientemente conciso para establecer aquellas cuestiones que aquejan a nuestro turismo.