Reservas. Los restaurantes acusan la caída del consumo privado. Comidas y cenas fuera de casa no están al alcance de todos los bolsillos

TW
0

El sector de la restauración no pasa por un buen momento, sufre directamente la caída del consumo, y el proyecto de crear un circuito gastronómico insular, mediante bonos de comidas y cenas, se ha quedado estancado y ha perdido una temporada más, ya que difícilmente podrá ser comercializado bien entrado el mes de junio.

La fórmula del 'dining around', novedosa y que permitiría a los turistas contar con un precio cerrado de comidas y cenas, a la vez que disfrutar de una variada oferta gastronómica, no ha logrado la adhesión esperada del sector, aunque desde la Asociación de Bares, Cafeterías y Restaurantes de la patronal PIME, que dirige el cocinero y restaurador Daniel González, también se lamentó ayer la falta de agilidad administrativa, pese a reconocer el interés demostrado por el Consell para poner en marcha el proyecto.

Por su parte, el conseller de Turismo, Lázaro Criado, sin querer polemizar sobre los motivos que han paralizado el modelo, sí apuntó que ha faltado iniciativa privada y que han surgido reticencias -reconocidas también por González-, en torno al sistema de cobro que implicaría el 'dining around', ya que no sería al contado sino que, al ser comercializados por los mayoristas turísticos en el lugar de origen, se abonaría más tarde, después de haber prestado los servicios.

"La facturación a crédito, no al contado sino por bono, es disuasoria para los restaurantes", declaró Criado, aunque en su opinión "de no tener clientes a tenerlos y que paguen a posteriori en términos económicos la opción debería estar clara". Según el conseller, la fórmula sería "un elemento de diferenciación" de Menorca como destino y una manera "imaginativa" de competir con la "opción legítima" del 'todo incluido' que implantan algunos hoteles, que "también cobran a posteriori cuando tratan con los touroperadores".

Oferta definida
El responsable de la asociación de restauradores, Daniel González, en relación al interés que ha despertado el proyecto entre los profesionales del sector, consideró que es habitual que un proyecto se fragüe "entre algunos restauradores" y que luego se sumen más asociados cuando ya está en marcha. Además se mostró partidario de que el sistema sea "algo atado y convenido entre varios sectores, sobre todo en temporada baja", para que funcione con éxito. González aún confía en que el proyecto se lleve adelante, aunque ya no este verano. "El Consell nos pidió definir el producto y lo hemos hecho", señaló, "con total libertad para marcar los precios, menús y gamas de establecimientos, yo creo que es muy interesante no sólo para los restaurantes sino también para los turistas".

Los bonos, según la idea de los restauradores, serían de varios niveles según los precios, la oferta gastronómica y el tipo de restaurante y su ubicación, ya sea en el campo, urbanos o de playa.

La Federació de la Petita i Mitjana Empresa (PIME) mantiene su apuesta por dicho modelo, que podría también comercializarse a través del nuevo portal turístico del Consell, pero las adhesiones han sido insuficientes, mientras que la Confederación de Asociaciones Empresariales (CAEB) desde un comienzo mostró más dudas a la hora de poner en práctica el sistema de bonos. Ambas entidades desconfían de la dependencia de los touroperadores turísticos para la comercialización del producto, mientras que el titular de Turismo se conformaría con tener un colectivo de 6 a 10 restaurantes, "mejor en una misma zona pero si estuvieran diseminados lo haría igual" para "ir más allá de lo que corresponde a la Administración" y presentar el producto a los mayoristas.