"Hay que tener la cabeza fría y calcular bien los rumbos"

¿Cómo nace la idea de escribir este libro?
Hace muchos años que venía buscando información sobre el tema de la táctica de regatas porque era un tema que me interesaba especialmente. Lo que había publicado en España eran traducciones más o menos afortunadas de obras que no cubrían suficientemente las diferentes situaciones que se presentan en competición, de modo que me decidí a escribir mi propio manual.

Sobre el título, ¿Es necesaria la táctica y la estrategia en una regata?
Absolutamente. Si sólo trabajamos sobre la velocidad del barco estamos desaprovechando muchísimas de las oportunidades que se presentan en cada prueba. La estrategia nos ayuda a aprovechar las condiciones que se dan en el campo de regatas y la táctica nos ayuda a posicionarnos mejor que nuestros rivales en cada momento.

¿Cuál es la situación más complicada que se ha encontrado usted en una regata?
En cuanto a táctica, los momentos más complicados son cuando muchos barcos se encuentran en un espacio reducido; en las salidas, en las boyas, etc. Hay que tener la cabeza fría y calcular los rumbos y velocidades de todos para saber dónde se van a abrir huecos y quién tendrá preferencia en cada momento.

En cuanto a la mera navegación, las regatas se complican cuando tienes roturas o fallos de material con mal tiempo. Afortunadamente no es muy habitual si cuidas y mantienes bien tu barco. Sólo en dos ocasiones he pensado que no sería fácil volver a casa.

También es broker de veleros. ¿qué significa esto?
Trabajé un tiempo importando veleros italianos y alemanes y, para venderlos en ocasiones tienes que quedarte con el barco viejo del cliente. Por eso el negocio de barco nuevo lleva aparejado un negocio de barco usado. Esa es la esencia del brokerage.

¿Cuáles son sus planes después de este libro?
Vista la buena acogida que ha tenido, estoy preparando un segundo libro que también tratará sobre las regatas pero desde otro punto de vista diferente. Creo que es un mundo que hay que dar a conocer, desmitificándolo y rompiendo la imagen de deporte elitista que tiene. En una isla como la nuestra y en un país con tanta costa como tiene el nuestro, debería haber muchísima más gente a la que le gustara la navegación y navegase.