Maria Benejam - M.B.

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Autoficha
Me llamo Maria Benejam Biescas y tengo 48 años. Nací y vivo en Ciutadella. Estoy casada y tengo tres hijos, de 19, 16 y 8 años. Trabajo en la Escuela de Turismo de Menorca desde 1987. Cuando tengo tiempo libre, que no es muy a menudo, me gusta leer y nadar.

¿Cuándo y cómo empezó a trabajar en la Escuela de Turismo?
Fue en 1987. Yo estudié Filología Inglesa en Barcelona y, una vez que terminé la carrera, me fui un año a Inglaterra. Cuando llegué a Menorca, me enteré de que necesitaban personal en el centro y pedí trabajo. Entré como profesora de inglés pero poco a poco fui adquiriendo más responsabilidad. Actualmente soy la directora.

¿Qué parte de su trabajo le gusta más?
Hay dos vertientes. Por un lado está la docencia y, por otro, la gestión del centro. La parte docente es la que da más alegrías y más dolores de cabeza. En cuanto a la gestión, soy una persona muy activa, me encanta montar cosas a pesar del estrés.

¿Cómo cree que ha ido evolucionando la escuela a lo largo de estos años?
Creo que va evolucionando con el sector turístico y lo que se demanda. Hay que adaptarse a las nuevas necesidades formativas y adelantarse un paso a lo que sucede en el mundo del turismo. Estamos muy satisfechos de poder ofrecer estudios universitarios en Menorca. Es una alegría ver cómo los alumnos se van abriendo paso en el mercado laboral e incluso se acaba trabajando con ellos.

¿Han notado un descenso en cuanto al número de matrículas estos últimos años?
Sí. La Escuela de Turismo es privada y es cierto que el número de estudiantes ha descendido estos últimos tres años. Hay veces que hasta un 50 por ciento. Lo único bueno que trae la crisis es que la gente quiere formarse más, ya que es lo que garantiza poder pasar por delante de los demás a nivel profesional. Este año tenemos más matrículas que el año anterior.

¿No les preocupa a los alumnos poder trabajar sólo durante seis meses?
Nuestra percepción es todo lo contrario. Vemos alumnos ilusionados, con ganas de esforzarse y seguir adelante. Es una cuestión de actitud y aptitud. Vemos que no son conformistas y que están muy motivados.