"Para mí, la pintura es vital, no se convierte en un sacrificio"

¿Cuándo se dio cuenta de que pintar era lo suyo?
Desde pequeño. Yo era muy introvertido y me pasaba muchas horas dándole al pincel. No he parado desde los ocho años. Mi estilo es realista y no hiperrealista, como mucha gente dice. Siento una pasión especial por los bodegones y el retrato, apenas toco el paisaje. Algunos de los pintores que me gustan son Velázquez, Claudio Bravo, Berner, Botero... Para mí, la pintura es algo vital. No representa ningún sacrificio porque me chifla, puedo pasar horas y horas.

Aquel que decida ir a ver la exposición de la galería Xibau, ¿qué se va a encontrar?
Se encontrará con una exposición colectiva. En mi caso, expondré 22 obras, lo último que he pintado desde Navidad. Hay mucha naturaleza muerta y algunos retratos de alumnas, que muy gratamente se han ofrecido a posar como modelos.

¿Cómo surgió la oportunidad de poder trabajar haciendo lo que más le gusta?
Hace muchos años que tuve claro a lo que me quería dedicar. Me encanta dar clase. En el Ateneo hay gente de todas las edades, lo cual me permite enriquecerme y aprender. Disfruto mucho enseñando, a la vez que me complementa. La verdad es que no le veo parte negativa.

¿Cuáles son sus planes en lo que hace referencia a la pintura y las exposiciones?
Ahora mismo estoy trabajando con una promotora llamada SI Art Group que se está encargando de promocionar mi obra en diversos países. Actualmente, participo en una exposición colectiva en Amsterdam y es posible que en otoño exponga en Londres. Hay quien me pregunta cómo consigo hacer todo esto y yo siempre respondo que teniendo ilusión, poniéndole ganas y echándole horas. Además de divertirse, también hay que tener algo de disciplina.

¿Qué hay del grupo, Malas Artes?
Hemos estado parados porque un miembro del grupo ha tenido una hija, pero ahora estamos arrancando de nuevo. Para la primavera que viene queremos sacar el tercer disco y también empezar con los conciertos, que ya todos tenemos ganas.