expositores. Un total de 24 artesanos han participado en la IX Fira d’Artesania - M.P.

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La IX Fira d'Artesania celebrada en el recinto ferial de Es Mercadal cerró ayer a mediodía las puertas con la satisfacción de contar con un público fiel e interesado en las piezas de autor.

El consenso de los artesanos por separar esta feria de la del caballo con el objetivo de "conservar el sentido de la artesanía y evitar convertirla en un encuentro de paso", según palabras del director insular de Economía, Francesc Pons, ha resultado beneficioso para los expositores, que constatan que quienes la han visitado lo han hecho interesados y motivados por el sector.

Francesc Pons calcula que han circulado por el recinto unas mil personas, "aunque desde la organización no interesa sólo un número de visitantes sino la calidad y la predisposición de comprar o de establecer un compromiso con la artesanía".

Respecto al número de ventas, Pons indica que "la gente ha comprado marca de garantía" y añade que "turistas nacionales incluso han dado la enhorabuena a los artesanos por su afán de conservar el producto autóctono y auténtico de la Isla. Éste es nuestro objetivo, profesionalizar el sector y ofrecer calidad en el producto", señala el director insular. Con ello, apunta que la dinámica de las ventas de la artesanía goza de buena proyección de futuro resaltando que el Centre Artesanal de Menorca ha contabilizado en junio 600 euros más que el mismo período del año anterior.

Y ésta es la sensación que se ha podido percibir en el recinto ferial de Es Mercadal. "La artesanía habla de la cultura, de la manera de ser de la zona, es parte de un pueblo y éste es el tipo de producto que busca el turista para tener un recuerdo de calidad y diferenciado que identifique el país visitado", apunta la jabonera y presidenta d'Entremans, Carme Navarro. Por su parte, el picador de piedra Roberto López augura una recuperación de este mercado al identificarse con "una cultura popular que se aleja de los productos elaborados en serie y que no tienen personalidad de zona". El espartero Francesc Pons señala que "cada producto es único, incluso se puede sentir al artesano que palpita como un corazón" y añade que "convertir una materia prima sin vida en objetos decorativos o utilitarios es incomparable a cualquier otro tipo de producto".

A pesar de ello, algunos de los artesanos participantes en la feria recalcan que la crisis no ha dejado indiferente a nadie. "Pero su efecto ha sido menor puesto que el artesano tiene la ventaja de la creatividad y la diversificación para poder ofrecer un producto propio y único", señala Francesc Pons. Con ello los artesanos coinciden en que la solución ha sido apostar por productos más asequibles a los bolsillos de la gente. Así lo ha hecho la jabonera Carme Navarro quien ha sacado al mercado sales de baño a granel además de elaborar piezas de jabón de menor tamaño a mejor precio.

Por su parte, el "cordador de cadires" Miquel Portella cree que la crisis se ha notado más que en otros sectores pero para paliar sus efectos ha invertido esfuerzos en conseguir productos de calidad a partir de materiales más económicos.