Dirigentes. Piden un reconocimiento "como mínimo en las mismas condiciones que otras asociaciones" - Javier

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Conseguir una representatividad acorde con el peso que la pequeña y mediana empresa tiene en el tejido económico balear y lograr que el pago del IVA se efectúe al cobrar las facturas y no al emitirlas son los principales retos a los que se enfrenta PIME Balears bajo la presidencia del menorquín Antoni Juaneda. La confederación empresarial celebró ayer en Maó una asamblea general en la que se formalizó el relevo de Mariano Riera al frente de la entidad, por aplicación de los estatutos que fijan una presidencia rotatoria entre los dirigentes de las cuatro asociaciones confederadas (las de Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera).

Tras destacar las enormes dificultades vividas por PIME Balears los últimos años y expresar las palabras de agradecimiento a sus colegas isleños y a los presidentes de PIME Cataluña, UNIPYME Madrid y de ATA (Federación Nacional de Trabajadores Autónomos, cuyo presidente participó en el encuentro), Riera abrió la brecha por la que se coló el profundo malestar que sienten las pequeñas y medianas empresas por la actitud que la Administración tiene para con el colectivo.

"Pasamos dos años muy difíciles porque tuvimos que demostrar nuestra representatividad, con lo que durante muchos meses no entró ni un euro en las asociaciones que quedaron muy tocadas", aseguró Riera. El hasta ahora presidente de PIME Balears no dudó en reconocer "nos sentimos discriminados porque todavía no estamos en el Pacto por la Competitividad", pese a haber desplegado una intensa actividad, que ha incluido un encuentro con Rodríguez Zapatero o la participación activa para conseguir la aprobación de la ley contra la morosidad.

Su sucesor, Juaneda insistió en esta exigencia antes de constatar la atonía de la economía durante el primer semestre del año. "No se ha reconocido suficientemente y se nos escatiman recursos. Por eso la principal preocupación será reforzar la representatividad sin descuidar a las pequeñas y medianas empresas a las que nos debemos", anunció el presidente de la confederación empresarial.

Por su parte, Juan Cabrera, el dirigente de PIME Mallorca, ejemplificó esta falta de representatividad. "Hoy mismo se celebra una reunión en el Consolat de Mar con los hoteleros sin contar con las PIME. Esta comunidad no puede pensar en crecer sin contar con nosotros. Queremos expresar nuestro malestar, nos están ninguneando".

En este sentido, desde PIME Balears abogaron por una representatividad real, que responda a las más de 14.000 empresas y 62.000 trabajadores que aglutina y ha acreditado la confederación o "como mínimo en las mismas condiciones que otras asociaciones empresariales". "Queremos tener peso en la negociación", concluyeron.

La reivindicación del pago del IVA cuando se cobren las facturas

Una vez lograda la modificación de la ley contra la morosidad, que se publicaba ayer en el Boletín Oficial del Estado, PIME Balears se volcará en conseguir que el IVA se pague en el momento del cobro de la factura y no, como sucede hasta ahora, en el de su emisión. "La proposición no de ley que presentó el PP al inicio se aprobó pero la presentación de enmiendas se ha eternizado con lo que el tema está congelado", explicó Pau Seguí. El secretario general de la asociación empresarial en Menorca aseguró que la intención es reactivarlo a través de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad nada más pase el verano. "Si se aprobase este cambio, las empresas tendrían una mejora en su financiación de un 18 por ciento porque dejarían de adelantar un dinero que no han cobrado. Un 18 por cien supone mucho dinero hoy en día con los problemas de crédito que existen", argumentó Seguí, quien reiteró que el incremento del IVA suponía "un claro perjuicio para la actividad económica" y aventuró un descenso del consumo y una menor recaudación.