MASCARÓ. Abogada y articulista, ha optado por educar en casa a su hijo - CRIS

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"Educación y libertad" es uno de esos libros que no va a dejar a nadie indiferente. Su autora, Laura Mascaró Rotger, defiende el llamado 'homeschooling', educar a los niños en casa y no en los centros educativos. En su libro (disponible en "Sa Llibreria" de Ferreries, en "Samatha" de Ciutadella y en "Margarita" de Es Mercadal, ademá de en www.lulu.com) critica con dureza el sistema educativo público.

Dice usted, refiriéndose a la decisión de sacar a su hijo del sistema educativo público, que "hemos salido de Matrix". Casi nada.
Sí, pero es que cuando estás dentro no te das cuenta. Cuando saqué a mi niño del sistema público, aún tardé un tiempo en darme cuenta de la realidad, y a ver lo que estamos haciendo con nuestros hijos.

¿Y qué estamos haciendo?
El sistema educativo sufre las consecuencias del sistema laboral. Desde que se necesita trabajar ocho o diez horas diarias, hay que encontrar una solución para los hijos, y la más barata es la escuela, sin meternos en qué hacen allí con nuestros niños.

Usted dice que su libro defiende la libertad de elegir cómo educamos a los hijos, pero no deja muy bien parado al sistema público.
Si alguien lleva a su hijo al sistema público porque lo ha reflexionado y ha creído que esa era la mejor opción para él y su familia, me parece perfecto. Yo defiendo el derecho a escoger, también de los niños.

Explíqueme cómo un niño de escasos años es capaz de escoger.
Es que no escuchamos a los niños. Creemos que por ser adultos sabemos lo que ellos necesitan, y eso no es así. En muchas familias, el día empieza con una batalla porque el crío no quiere ir a clase.

Eso puede interpretarse como que no quieren ir a la escuela pública, pero también podría significar que no quieren despegarse de su familia.
Los niños saben si quieren ir a la escuela o no, pero es que sobre todo quieren estar con su familia. Otra cosa es que, de vez en cuando, lo lleves a un sitio con un grupo de niños para hacer juegos o manualidades.

¿Cómo sería su escuela ideal?
No debería tener horario de entrada ni de salida, y que cada padre pudiera traer a su niño el tiempo que crea conveniente. También debería permitirse que los padres estén un rato con el niño. Habría materiales disponibles para que el niño haga lo que le apetezca.

Si cada niño pudiera hacer lo que quisiera, se supone que habría actividades a las que los críos ni se acercarían. ¿No crearíamos niños muy formados en unos aspectos y muy poco en otros?
Es que esto ya pasa. El sistema público especializa cada vez más pronto a sus alumnos. Ahora en ESO ya se decantan por una especialidad.
Yo hablo de niños más pequeños...

Es que no todo el mundo debe saber hacer de todo.
Pero no me negará que de pequeños los niños deben adquirir una base de todos los conocimientos.
Depende. Primero hay que acordar qué es la base, cuáles son estos conocimientos básicos. Nuestra labor es poner todo a su alcance. Él ya decidirá.
En este aspecto el sistema público parece tener una clara ventaja sobre el 'homeschooling', puesto que los recursos de los que dispone son mucho mayores.
Los recursos son diferentes, pero mayores, porque dispones de todo el mundo para convertirlo en herramienta educativa. No necesitas un laboratorio, un gimnasio...

Pero en casa no se tienen profesores especializados en cada materia.
Es que no se trata de enseñar, sino de aprender.

Pero para aprender alguien tiene que enseñar, ¿no?
Quizás no. Todos hemos aprendido cosas sin necesidad de profesores. Los padres no son profesores, son padres.

¿Y cómo decide un padre cuándo su hijo ha llegado al nivel necesario de determinado conocimiento?
Primero debes decidir si aceptas o no el currículum oficial, es decir, la exigencia educativa que marca el sistema público. Si lo aceptas, tendrás material similar, libros de texto, y algunos incluso apuntarán a sus niños a escuelas a distancia. Si no haces esto, no te pondrás objetivos concretos como una edad en la que el niño debe aprender a escribir. Un niño que ha aprendido a leer a los tres años y otro que lo ha hecho a los siete, cuando tengan quince años no notarán diferencia, si la evolución ha sido normal.

Los que, como usted, optan por el 'homeschooling', ¿tienen libertad para hacerlo?
Existe un vacío legal. En los estados de derecho, lo que no está específicamente prohibido está permitido. Ninguna ley dice que no se puede educar en casa. La Ley dice que la educación es obligatoria, pero otra cosa es que educación y escolarización sean lo mismo. Entonces, si nadie te denuncia, no pasa nada. Si, por el contrario, alguien te denuncia, pasas primero por servicios sociales y después Fiscalía de Menores decide si te persigue o no. Si lo hace, te pueden culpar de abandono de familia, nada más alejado de la realidad. Hasta ahora, siempre ganan las familias.

Éste es el panorama legal. Pero la sociedad, ¿cómo ve el 'homeschooling'?
No se entiende demasiado. Muchos de los que practican el 'homeschooling' no lo hacen saber por miedo. Yo creo que es bueno que se conozca, y no pido que me entiendan, sino que me respeten. Muchos de los que nos atacan lo que realmente hacen es justificar que ellos sí han optado por el sistema educativo público.

Muchos profesores nos critican porque se sienten atacados, cuando no es así.
Para poder aplicar el 'homeschooling' hace falta un tiempo que mucha gente no tiene, y recursos económicos.
El 'homeschooling' no se basa en un horario determinado. Se trata de saber que tu niño va a estar atendido durante 24 horas al día, sea por ti o por otra persona. No significa que tú no puedes trabajar, sino que implica a veces reestructurar tu vida laboral, familiar e incluso social. Es una cuestión de prioridades: ¿Me interesa más ser un gran profesional o educar personalmente a mi hijo? No es cuestión de recursos económicos, sino de organizarse bien.

¿Cómo cree que, personalmente, le ve la sociedad?
Mucha gente me ha entendido, también porque mi hijo no tiene la edad mínima obligatoria para entrar en el sistema público. También hay gente que me juzga sin conocer bien la situación. Yo no intento convencer a nadie, sólo quiero que se me entienda.

Usted dice que el sistema educativo público es un adoctrinamiento de masas que crea súbditos.
Para eso se ha creado la escuela.

Pero muchos profesionales del sistema público no están ahí porque quieran adoctrinar, sino porque quieren educar a los niños.
Así es, pero cada vez hay menos profesores vocacionales y más funcionarios. Quizás si el sistema fuera privado iría mejor, porque el centro vería que si los alumnos no responden o que el profesor no funciona, le cambiarían, y de esta manera el profesional se autoexigiría un rendimiento.

Si el sistema público es así, ¿por qué tanta gente lo usa?
Son muchos años de hacernos creer que éste era el camino. Cuando surgió el sistema educativo estaba muy bien, era un gran logro que todo el mundo pudiera acceder a la educación, pero es que ahora le hemos dado la vuelta, y estamos obligando a la gente a que lo utilice. Y así nos va. Salen licenciados que ni saben escribir bien. Antes a la universidad iba quien realmente quería y se preparaba. Ahora la universidad es de masas.

¿Cómo ve el futuro del 'homeschooling'?
Irá a más, y quizás lo hará para que la escuela pública después vuelva a sus orígenes, algo que estaría muy bien. Y que quede claro que no defiendo el sistema educativo privado actual, que creo que no existe porque todo está subvencionado. Un sistema privado sería que con mi dinero pudiera montar una escuela, sin que me digan cómo tengo que hacerlo y contratar el profesorado que quiera. Y que los padres puedan escoger llevar a su niño a mi centro, a uno público o a otro diferente. Eso sería libertad educativa, y en España no existe.

¿Para usted la educación es un derecho o un deber?
Depende de qué entendamos por educación.

Dígamelo usted: ¿qué entiende por educación?
Para mí no tiene nada que ver con lo académico. Debe haber unos conocimientos mínimos de cultura, cierto, pero educar es crear personas. Yo quiero que mi hijo sea libre y tenga paz interior, y entonces él mismo encontrará la manera de ser feliz.

Vamos, que educación y formación no son sinónimos.
Pueden estar conectados. Hay gente que lo pasa muy mal en la escuela. ¿Debemos obligarlos? ¿Será eso sinónimo de que después sea feliz o mejor? Nos hemos obsesionado con la necesidad de títulos académicos.