Temporada. La llegada del ‘Seabourn Spirit’ dio inicio a la temporada de turismo de cruceros en mayo - Archivo

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La parte del león de los grandes cruceros se la reparten los puertos de Palma y Eivissa, con la visita de barcos de gran capacidad, una media de casi 2.300 pasajeros, frente los 662 transportados por los buques que atracan en Maó.
La estadística de llegada de cruceros a la rada mahonesa, en comparación con los otros puertos del Estado de Balears, demuestra que Menorca ha pasado de llevarse cerca de un 20 por ciento de este negocio turístico, en el año 1993, a conformarse con un 3,6 por ciento en la primera mitad de 2010. Pese a que las cifras de Autoridad Portuaria indican un aumento en el número de cruceros que entran en Maó, lo cierto es que éstos transportan tres veces menos turistas que los que llegan a Eivissa o, especialmente, a Palma.

Eclipsados
Menorca no compite en la franja de los superbuques de recreo, como el que el pasado fin de semana recaló en Mallorca, el 'Celebrity Eclipse', denominado el palacio del mar. Este barco es un ejemplo de la nueva generación de cruceros y del futuro de este sector turístico. El 'Celebrity Eclipse', cuya llegada al puerto de Palma fue recogida por los medios de comunicación mallorquines debido a su espectacularidad, acoge más de tres mil pasajeros y cuenta incluso con una zona de césped natural para poder hacer un picnic o practicar el golf.

Es uno de esos grandes buques que no incluirá en su ruta Maó, ni tampoco el futuro puerto de Ciutadella, que con su ampliación competirá, según afirmó ayer el empresario del sector marítimo, José Ignacio Seguí, en el mismo segmento de unos 600 pasajeros de media por barco.

La razón es conocida: la inexistencia de las infraestructuras adecuadas para la escala de los superbuques, que descargarían, durante una o dos jornadas de estancia, miles de turistas dispuestos a conocer la Isla.

En 1993 atracaron en el puerto de Maó 57 cruceros, con una capacidad media de 481 plazas y transportaron hasta la Isla 27.445 pasajeros, frente a los 160.281 cruceristas registrados en Balears y los 132.836 que sumaron Eivissa y Palma. En ese momento Menorca representaba el 17,1 por ciento del pasaje total de cruceros en las Islas, pasando al 20 por ciento al año siguiente.

En 1999 el empresariado marítimo advirtió de que se iniciaba una nueva tendencia, con una media de más de 900 pasajeros en los buques que llegaban a Eivissa y Palma, mientras que los barcos que atracaban en Maó seguían en los 600 cruceristas. El empresario José Seguí recalcó que la Cámara de Comercio de Menorca defendió en ese momento la necesidad de nuevas infraestructuras como la que se proyectaba cerca de Cala Figuera, pero que el entonces alcalde de Maó y ahora senador, Arturo Bagur, se "doblegó" ante Autoridad Portuaria y las inversiones se dirigieron a las otras islas.