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Pese a ser conscientes de que no serán comprendidos por la opinión pública y de que la situación en Menorca dista de ser la que se vive en aeropuertos como Son Sant Joan, Madrid-Barajas o El Prat, la totalidad de los controladores -18- que prestan servicio en la Isla han dado su apoyo a la celebración de una huelga en las próximas fechas, según confirmó a este periódico el representante sindical de la torre de control menorquina.

La respuesta afirmativa de los trabajadores del Aeropuerto de Menorca es idéntica a la del 98 por ciento de sus compañeros de Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) que votó ayer en favor de esta medida de protesta. Según Europa Press, participaron en la consulta 1.883 trabajadores, un 92 por ciento del total de los 2.033 afiliados, de los que unos 1.850 se han mostrado a favor de los paros, el 98,25 por ciento del total.

Ante estos resultados, la junta de USCA, convocará una huelga en los próximos días, aunque al tratarse de un servicio público deben convocar los paros con un mínimo de diez jornadas de antelación, con lo que los paros se realizarían después del 15 de agosto, quizá a partir del día 18 ó 20. El responsable sindical de la torre de control del Aeropuerto de Menorca comparte el sentir de USCA, en el sentido de que la huelga es el resultado de "el atropello de los últimos seis meses".

En este sentido, este dirigente aseguró que detrás de esta movilización está el deterioro de las condiciones laborales desde la entrada en vigor del Real Decreto del pasado 5 de febrero. "Aquí por suerte la plantilla no es tan limitada ni la carga de trabajo tan fuerte como en otros aeropuertos, pero todos los cambios nos afectan tanto a los que desean permanecer en Menorca como a los que pretenden cambiar de aeropuerto", aseguró el representante sindical.

Así, según este controlador, la "incertidumbre" pesa sobre los que desean quedarse, al haberse establecido la posibilidad de privatizar determinadas torres de control, con lo que la empresa que se hiciera cargo "podrá imponer al controlador las condiciones sean las que sean y si no las acepta echarlo a la calle".

Para ellos, mientras no haya privatización, y respecto a los que quieran marchar, el problema radica en la falta de acuerdo sobre cuestiones relativas a los turnos de descanso, establecimiento de una jornada laboral estable o el salario que perciben, las mismas que les han enfrentado con AENA en el marco de la frustrada negociación colectiva.

Respecto de esta negociación, el representante de los controladores menorquines subrayó que no había existido ninguna huelga encubierta y sí una falta de voluntad negociadora por parte de AENA. "Se ha demostrado que había un calendario programado y que se podían cambiar las condiciones a base de decretos", afirmó.

Para la USCA, el dedo acusador señala al ministro de Fomento, José Blanco. En un comunicado el sindicato de controladores aéreos denunció que Blanco se descolgase con algún decreto cada vez que se iniciaba un proceso de negociación entre el colectivo y AENA con el objetivo de torpedearlo.

Por este motivo, USCA no dudó en afirmar que la actitud de Blanco les había abocado a la convocatoria de la huelga, a la vez que expresaban su deseo de que "la sensatez se reinstaure en el Ministerio y en la empresa para reconducir las negociaciones".