Familia. Junto a su esposa, Consuelo, y su sobrina, Marta - Elena

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La historia de Magín Camps Carretero es la de un hombre que ha estado gran parte de su vida detrás de una barra. "Debo admitir que he sido bebedor y algunas veces me emborrachaba", cuenta sentado en la terraza de su casa, mientras se toma una cerveza sin alcohol.

Camps nació en Es Castell hace 76 años. Siempre vinculado al mundo de la hostelería, decidió irse de viaje a África con su mujer en 1968, instalándose finalmente en una localidad turística del norte de Inglaterra para trabajar como maitre. "Cuatro años después, regresé a Menorca. Me pidieron que volviera a hacerme cargo del restaurante del Club Marítimo de Mahón y del bar de la Estación Marítima". Magín explica que bebía mucho gin y que, en ocasiones, le pasaba factura. "Ese hábito provocó que tuviera problemas con mi mujer, así que le dije que no bebería más". La idea que tuvo Camps para seguir consumiendo gin sin que su esposa se diera cuenta fue mezclar la bebida con limonada. "Provenía de unas máquinas antiguas tipo sifón con las que servíamos limonada y naranjada. Como salía con tanta presión, se formaban muchas burbujas, parecía espuma, por eso le puse el nombre de pomada, por la espuma que salía". Magín se dio cuenta de que su invento gustaba a muchas personas, sobre todo a las mujeres, ya que suavizaba el fuerte sabor del gin.

No quiso patentarlo
Ahora, tras 41 años desde que Magín hiciese su mezcla, confiesa que jamás pensó que tal invención tuviera tanto éxito. "En su día, la empresa Gin Xoriguer me preguntó si quería patentarlo pero yo dije que no. Simplemente fue la manera que yo tuve de poder seguir bebiendo gin. Cuando empecé a ver las botellas de pomada preparada en los supermercados me quedé muy sorprendido". Eso sí, el libro con la historia de la empresa recoge las vivencias de Camps. "El otro día, un médico me dijo que había un hombre con el mismo nombre que yo que había inventado la pomada. Tuve que decirle que ese hombre era yo". Él considera que la pomada es "como una limonada con algo de la fortaleza del alcohol, ya que el gin se funde mucho con el limón". A Magín le gusta más cómo sabe la mezcla de limón con otro tipo de ginebra, pero afirma que a la mayoría de personas les encanta con el gin menorquín. "El único sitio donde no llaman a la mezcla por su nombre es en Ciutadella, donde es 'gin amb llimonada', pero yo creo que es porque hace muchos años existía una gran rivalidad con Maó y no quisieron aceptar el nombre de una bebida de éxito que se hubiera inventado en esta zona de la Isla".

Ésta es la historia del origen de la pomada contada por Magín Camps Carretero, un hombre que se llevaba la guitarra hasta para ir a hacer la compra porque le encantaba tocar canciones mexicanas, que confiesa que el gin tonic era su consumición favorita y que, por circunstancias de la vida y sin esperarlo, ideó una bebida que está y estará presente en todas las fiestas patronales de Menorca.