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Autoficha. Me llamo Luca Soldati y tengo 45 años. Nací en Lago di Como (Italia) pero vivo en Es Castell desde 1995. Estoy casado y tengo dos hijos. Soy heladero profesional y, además de dos locales, voy con una furgoneta ambulante vendiendo helados a los bañistas. Cuando tengo tiempo libre, que es en invierno, me gusta jugar al tenis con mis hijos e ir al cine en familia.

¿A qué se dedicaba antes de llegar a Menorca?
Yo estudié en la Escuela Profesional de Hostelería de Italia. Uno de los profesionales, amigo mío, me enseñó a hacer helado. Me fui a Alemania, donde tuve un restaurante con heladería durante diez años. En 1995 vine de vacaciones a Menorca y me encantó. Vi que no había nada en materia de helado italiano y que podía montar un negocio, así que nos instalamos aquí.

¿Cómo es su día a día?
Trabajo desde muy temprano hasta la noche. A las 8 voy a la fábrica donde hacemos el helado a cargar la furgoneta y, a partir de las 13 horas, voy a Sa Mesquida hasta las 19 horas, algo que voy alternando entre las dos tiendas. Mi mujer elabora el helado cada mañana, siempre fresco, y trabajamos siete días a las semana, sin descanso. Menos los días de mal tiempo, que llevamos otro ritmo.

¿Qué tiene de especial el helado italiano?
Es un helado ligero, fresco y sin aire, que hay que dejar fuera un tiempo para que esté en su punto, cremoso. Es de calidad y se hace con leche entera y azúcar, más los ingredientes que luego cada uno quiera añadir. Por supuesto, es un secreto, cada heladero tiene su receta. Este verano se están vendiendo muy bien el sorbete de limón y la stracciatella, de nata con chocolate. A mí me gusta mucho el de limón y el de coco.

¿Qué le diría a todas aquellas personas que no comen helado porque engorda?
En Italia, los médicos dicen que, si un niño no quiere comer, se puede sustituir una comida o una cena por unas bolas de helado porque está hecho con ingredientes de calidad y es fuente de proteínas. Está claro que no hay que abusar, pero es nutritivo. También se hace helado sin azúcar para personas mayores y diabéticos, que tienen derecho a disfrutar de helado como los demás.

¿Volverá a Italia una vez que se retire?
Me gustaría continuar con mi trabajo hasta que me jubile y después disfrutar de la Isla durante el verano, que ahora nunca puedo, y es un paraíso. A Italia, de vacaciones.