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Los 33 grados que marcaban los termómetros ayer a las 12 horas no evitaron que la plaza de Sant Climent estuviese llena de gente para ver el jaleo de nuevo. A partir de las 11 de la mañana ya había cola para entrar en el pueblo y las dos zonas de aparcamiento que se habían habilitado estaban prácticamente llenas. Desde gorras a pañuelos, pasando por pamelas o sombreros de paja, incluso alguna peluca que otra sirvió para protegerse del sol, y es que la jornada amaneció cien por cien veraniega. Los chiringuitos no pararon de servir bebidas y hasta los jinetes compartieron botellines de agua a la salida de la plaza para combatir las altas temperaturas.

En general, un ambiente muy festivo lleno de turistas con cámara de fotos en mano y algún residente con una oportuna pistola de agua. Eso sí, durante el jaleo se creó un círculo en el que los caballos regalaban sus mejores saltos, de manera que todos los asistentes podían apreciar el espectáculo, será por aquello del calor. El caso es que no fueron muchos los que participaron haciendo saltae a los animales. Los músicos animaban la fiesta con su música tradicional, con la que varios grupos de personas se montaban una coreografía. Para recobrar fuerzas, muchos ciudadanos se acercaban hasta los puestos de la feria para comprar bocadillos o diferentes bebidas en originales recipientes con pajita.

Pocas incidencias
Según efectivos de la Cruz Roja, si el sábado fue un día sin incidencias importantes, la jornada de ayer fue todavía mejor. Tan sólo se realizaron 12 atenciones de carácter leve como ojos irritados por la arena o alguna picadura de insecto. De hecho, no hubo que lamentar ningún pisotón de caballo, algo bastante común en las fiestas patronales.

Diversos coches sufren daños en los aparcamientos
Según ha informado a "Es Diari" la Policía Local, durante la madrugada del sábado, diversos automóviles que estaban aparcados en las zonas habilitadas para ello sufrieron daños debido a actos vandálicos. Los propietarios encontraron sus coches con los cristales rotos, la chapa abollada y los espejos retrovisores arrancados. La Policía continúa recopilando información para averiguar qué es lo que ocurrió realmente en los aparcamientos de Sant Climent.